Las ratas y los seres humanos han sido enemigos naturales durante millones de años. Pero …
Pues un casi cuatro. Es una historia que se acerca a lo pulp, muy gamberra y guarrindonga por gore y sanguinolenta. Algunas escenas de lo que hacen las ratas, de como besan con sus primorosos hociquitos de caléndula y pitiminí los rostros de los habitantes de Londres son de saltar de gustito. Creo que eso es lo mejor de esta historia, esos momentos de descripción del banquete de los roedores que son simplemente frenéticos, disfrutones, delirantes y te dejan sin aliento. Hay cositas mejorables en la obra: la elección del prota-héroe a veces se hace forzada, el epílogo es demasiado predecible y alguna cosilla más. Pero me lo he pasado tan bien, hay tanta casquería y despiece que, oye, le perdono los defectos. Sí que me gusta el tono catastrofista y la crítica a la soberbia civilizatoria de los hombres. A la próxima rata que vea le doy cinco euros …
Pues un casi cuatro. Es una historia que se acerca a lo pulp, muy gamberra y guarrindonga por gore y sanguinolenta. Algunas escenas de lo que hacen las ratas, de como besan con sus primorosos hociquitos de caléndula y pitiminí los rostros de los habitantes de Londres son de saltar de gustito. Creo que eso es lo mejor de esta historia, esos momentos de descripción del banquete de los roedores que son simplemente frenéticos, disfrutones, delirantes y te dejan sin aliento. Hay cositas mejorables en la obra: la elección del prota-héroe a veces se hace forzada, el epílogo es demasiado predecible y alguna cosilla más. Pero me lo he pasado tan bien, hay tanta casquería y despiece que, oye, le perdono los defectos. Sí que me gusta el tono catastrofista y la crítica a la soberbia civilizatoria de los hombres.
A la próxima rata que vea le doy cinco euros pa que le hable bien de mí a su reina.
¡Algo no va bien con Plastic Man! Sus milagrosos poderes de estiramiento podrían haber venido …
El lado oscuro del héroe
4 estrellas
Un personaje del que conocía su contexto (un tanto absurdo y alivio cómico, una especie de cruce entre Reed Richards y Masacre pero en el universo DC) pero del que no había leído nada hasta ahora. En esta primera aproximación me ha sorprendido gratamente con un Plastic Man que no se limita a ser un payaso unidimensional sino que se enfrenta a su mortalidad y al peso de su pasado. Gráficamente alterna un dibujo luminoso y casi infantil cuando nos muestra el mundo súperheroico en el que vive Plastic Man como miembro (último mono, pero miembro) de la Liga de la Justicia y otro oscuro y otro feísta cuando nos narra las miserias que vive en su vida privada. Muy recomendable.
Esta antología de críticas publicadas originalmente en el New York Review of Books por Stephen …
La resención como arma ideológica
5 estrellas
Uno de los libros menos conocidos y, a primera vista, menos interesantes del autor pero, una vez se empieza, vemos que la crítica de libros es, con Gould de la mano, un arma poderosísima contra la sociobiología y el determinismo más recalcitrantes. Si, este libro es un compendio de recensiones sobre libros. El recopilatorio de ensayos tiene verdaderas joyas: “Darwinismo de cartón piedra” es una mordaz y audaz crítica a la sociobiología y contra la ciencia aséptica y pretendidamente (aunque de forma falaz) objetiva. Gould dice:
“creo que hay que rechazar la ecuación del no partidismo anodino con objetividad, una absurda noción que han fomentado las peores tradiciones de telediarios. Podremos examinar más de cerca una crítica si conocemos a su autor; pero lo que hay que juzgar al final no es su autobiografía, sino sus argumentos”.
También da una posible explicación al antropocentrísmo de la sociobiología popular …
Uno de los libros menos conocidos y, a primera vista, menos interesantes del autor pero, una vez se empieza, vemos que la crítica de libros es, con Gould de la mano, un arma poderosísima contra la sociobiología y el determinismo más recalcitrantes. Si, este libro es un compendio de recensiones sobre libros. El recopilatorio de ensayos tiene verdaderas joyas: “Darwinismo de cartón piedra” es una mordaz y audaz crítica a la sociobiología y contra la ciencia aséptica y pretendidamente (aunque de forma falaz) objetiva. Gould dice:
“creo que hay que rechazar la ecuación del no partidismo anodino con objetividad, una absurda noción que han fomentado las peores tradiciones de telediarios. Podremos examinar más de cerca una crítica si conocemos a su autor; pero lo que hay que juzgar al final no es su autobiografía, sino sus argumentos”.
También da una posible explicación al antropocentrísmo de la sociobiología popular y recalca la importancia de los No-Resultados (negative resoults). En el “Fantasma de protagoras”, Gould estudia, de la mano de un biólogo y un antropólogo, la evolución de la cultura humana, y enfrenta dos visiones antagónicas: una visión darwinista ortodoxa y una que sitúa a la cultura en el contexto de la evolución a distintos niveles o multinivel. En otros ensayos habla de libros históricos como El tiempo profundo de Hutton, habla de la obra de George Cuvier y, en “Genes en el cerebro”, Gould vuelve a la carga y desafía el intento (fallido) de la sociobiología de explicar la cultura en términos etológicos de unidades comportamentales delimitadas y heredables ¿Alguien puede definir exáctamente la ideología o la religión de forma que la podamos seguir en los individuos, y su descendencia, y así falsar esta hipótesis? Nadie en su sano juicio lo haría, pero los sociobiólogos son demasiado tenaces (y osados). En “El último postulado”, donde habla de la obra del psicólogo Jenssen, constituye el embrión de una de las mejores obras de Stephen Jay Gould: La falsa medida del hombre, y donde critica la cosificación de la inteligencia en un número (el Coeficiente Intelectual).
Gould también nos habla dela más que interesante vida de Barbara McClintock y la importnacia de su invstigación en la actual concepción de la evolución y, por extensión, en la biología; del desconocido Ernest Everett Just y del ecólogo G. Evelyn Hutchinson. Además, hará en “Los peligros de la esperanza” una defensa valiente de la filosofía hegeliana en la ciencia: los puntos críticos de los sistemas no son explicables desde un punto de vista reduccionista y gradualista y, en “Utopía S.L.” hará una reflexión filosófica sobre el cartesianismo en la ciencia occidental. Y toca temas polémicos, como los organismos modificados genéticamente, en “La integridad y el señor Rifkin”.
Las ratas y los seres humanos han sido enemigos naturales durante millones de años. Pero …
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no digo nah, pero porsiaca...
Mare mía, qué escabechina, ¿de esto no hay pinícula?
Alguno podrá criticar el libro por ser una sucesión un poco macabra de escenas de gore y despiece..., a mí me está gustando justo por eso. 😜🐀🐀🐀🐀🐀🐀🐀🐀
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destripe así por encima, pero destripe
@jpuntoavi@masto.es uy, Calvino entra requetebien. Las ciudades mola y si quieres algo más mordaz pues 'El barón rampante' o 'El vizconde demediado' son buenas puertas...
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destripe así por encima, pero destripe
@jpuntoavi@masto.es pues zí, es justo lo que dices, deja abierta esa visión de la realidad múltiple, onírica, psicológica y nos invita a llevárnosla a la nuestra, a esa rigidez inamovible.
Queda como una fascinación, una pátina de extraleza, un ánimo juguetón que, al menos a mí, me hizo sentirme abierto, esponjoso, curioso... algo parecido pasa con los libros de Italo Calvino, sobre todo con "Las ciudades ...".
Es una novela esta que se queda y se paladea, nos hace desear ser nosotros también hijos del leberinto.
Un abrazo y que las oróximas lecturas sean también así de fascinantes y gustosas.
La casa de Piranesi no es un edificio cualquiera: sus habitaciones son monumentales, con paredes …
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destripe así por encima, pero destripe
Muy muy disfrutable, dos libros en uno. Una parte de evocación y poesía y otra de trucrain de ese.
La descripción del laberinto y sus estatuas lo mejor, el estado de inocencia en el que se sume Piranesi al habitarlo alivia en estos tiempos de mojino apretado, vamos, que uno acaba pensando que ajolá un poco de la amnesia y despreocupación del prota para el día a día propio.
Hacia el final hay una evocación de las estatuas como lenguaje para nombrar el mundo que es algo casi extasiante.
Se podría hablar largo y tendido de lo que este libro contiene, de su riqueza temática, de sus tonos y sus personajes. A veces la expectativa que viaja gracias al boca a boca nos entrega estos goces. Leedlo, guachupines.