«Reconozco que al principio, cuando Panza de burro solo había crecido unos capitulitos, pensé que sería una novela sencilla y hermosa que abriría un hachazo en esa tela de invernadero que parecía ocultar un imaginario y un mundo que debían ser mostrados. Más adelante, la grandeza del libro, la inteligencia y el salvajismo de Andrea, su pulso poético y su falta total de miedo hicieron trizas la rafia, y quedó a la vista una plantación intrincada, dolorosa, inmensa, nada sencilla. Hice la primera edición en un salón de Lisboa, y creo que fue allí cuando me di cuenta de que el libro era mucho más grande de lo que imaginé. También, y esto es importante, sentí envidia. Una envidia por la imposibilidad de escribir yo algo así». —Sabina Urraca, editora de 'Panza de burro', dentro del proyecto 'Editora por un libro' de Barrett.
«Puro y ágil como el fuego, una …
«Reconozco que al principio, cuando Panza de burro solo había crecido unos capitulitos, pensé que sería una novela sencilla y hermosa que abriría un hachazo en esa tela de invernadero que parecía ocultar un imaginario y un mundo que debían ser mostrados. Más adelante, la grandeza del libro, la inteligencia y el salvajismo de Andrea, su pulso poético y su falta total de miedo hicieron trizas la rafia, y quedó a la vista una plantación intrincada, dolorosa, inmensa, nada sencilla. Hice la primera edición en un salón de Lisboa, y creo que fue allí cuando me di cuenta de que el libro era mucho más grande de lo que imaginé. También, y esto es importante, sentí envidia. Una envidia por la imposibilidad de escribir yo algo así». —Sabina Urraca, editora de 'Panza de burro', dentro del proyecto 'Editora por un libro' de Barrett.
«Puro y ágil como el fuego, una potencia arrolladora. Adoro este libro». —Elisa Victoria.
«Una de las voces más interesantes de la nueva ola». —Luna Miguel.
«Consigue convertir en belleza las partes más feas del mundo para crear valores nuevos». —Diario de avisos.
Imagino que el uso de un lenguaje tan gráfico es para dar golpes de efecto que lleven a algún premio de las letras, pero desdibuja tanto la realidad infantil que es una auténtica lástima. Como retrato de una infancia pobre y asalvajada me parece un despropósito, pero puede pasar como experimento estilístico.
Me ha dejado... no sé. Brutal, desagradable, se lee rápido porque los capítulos son cortos. Es verdad que está muy bien escrito. Pero no sé. No ha terminado de "llegarme".
Se trata de un libro que tiene todas las papeletas para gustarme: habla de un tiempo y un lugar que me son muy familiares y a la vez muy lejanos, y lo hace con un lenguaje que es el mío y, a la vez, no lo es. Habla de situaciones cotidianas y a la vez serias a través de ópticas de niños... Y sin embargo, no me ha enganchado. Me ha dejado muy indiferente, y no sé explicar el por qué.