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Rafa Poverello

Rafa_Poverello@lectura.social

Unido hace 2 años, 4 meses

Leo de todo, desde chico, gracias a mi mami maestra que me enseñó que los libros son como un viaje sorpresa a no sabes bien dónde, pero que siempre, o casi siempre, es un disfrute. Mi hermano me odiaba, porque yo encendía la luz del dormitorio bien temprano y se chivaba diciendo que no le dejaba dormir.

Ahora escribo, lo que no quiere decir que sea escritor, y lo hago porque disfruto más aún que cuando leo.

En el #fediverso me podéis encontrar como rafapoverello@hispagatos.space

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Los libros de Rafa Poverello

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Objetivo de Lectura de 2025

¡57% terminado! Rafa Poverello ha leído 29 de 50 libros.

Gracias, @nacho, a mí me encantó, pero sé consciente de que es un libro raro, muy raro, aunque buenísimo y de lo más original que he leído en mi vida.

O'Brien tiene otra novela, que esa sí que no se la recomiendo a nadie so pena de que me manden paquetes bomba, aunque también es muy buena, cuyo título ya lo dice todo de su rareza: En nadar-dos-pájaros. Creo que también hice en su día una reseña. Toda llena de simbolismos y cosas que solo entienden en Irlanda, jeje.

reseñó El tercer Policía de Flann O'Brien

Flann O'Brien: El tercer Policía (Paperback, 2006, Nórdica Libros)

Muchas son las razones que hacen de El Tercer Policía una novela singular. El título …

Después de la risa

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Dentro del breve tránsito que recorre el ser humano por la vida, dos situaciones no tienen parangón en lo referente a la dicha plena: una, conseguir mear tras más de media hora orinándote vivo, y dos, que algo sea tan rematadamente bueno como esperas que sea. Mi reseña nada tiene que ver con la próstata y sí mucho con el segundo punto. “El tercer policía” es mejor de lo que esperaba que fuera, y mis expectativas eran muy altas, lo que en literatura suele ser un craso error.

Es de justicia comenzar reconociendo que lo que comparto no es sino un indigno epíteto a la inapelable reseña que escribió en su día el usuario Faulkneriano en la web Sopa de libros, sobre una de las obras de O'Brien, “La crónica de Dalkey”, con el preciso nombre de El tercer mosquetero, y que es la que os animo a gozar. Compartiendo …

Samuel Beckett: Esperando a Godot (Paperback, Spanish language, 2004, Tusquets)

Cuando en 1953 se estrenó en París Esperando a Godot, casi nadie sabía quien era …

"Somos hombres"

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Decirlo es fácil:

POZZO: ¡Auxilio! VLADIMIR: Aquí estamos. POZZO: ¿Quiénes son ustedes? VLADIMIR: Somos hombres.

"Somos hombres". Sí, fácil es decirlo, incluso en medio del existencialismo más descarnado, por mucho humor que le quieras poner.

No deja de sorprenderme -por mucho sentido histórico que le queramos dar- cómo, de manera cíclica y casi de efecto mariposa, surjan movimientos literarios a la misma vez en diferentes lugares con un enfoque y estilo tan similar que da miedo. Arrabal en España, Ionesco en Francia... y este Godot.

Es probable que todo el mundo espere un Godot, para que resuelva nuestras dudas y nos quite las ganas del suicidio... para que mientras lo esperamos podamos seguir impasibles, sin querer decidir y en extásis, por mucho que nos repitamos, como un disco de vinilo rallado, que "nos vamos". Pero no nos movemos.

Es fácil decirlo, "somos hombres", pero Vladimir sabe que es difícil de …

Antón Chéjov: Cuentos imprescindibles (Paperback, 2021, PENGUIN CLASICOS)

La acertada selección de un especialista en la obra del maestro de la pincelada breve …

Lo complejo de la sencillez

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La sencillez, como el amor, no se puede fingir. Claro está que se intenta, a veces con una suerte brillante en los primeros envites, pero el revolcón en el fango y el castigo ejemplar a los que se condena al impostor casi de súbito hace renegar al más plantado de cualquier posible dicha anterior. En eso radica la mayor cruz y la mayor gloria de la sencillez, en su curiosa dificultad. Exagerarla es caer a plomo en la vulgaridad y en la simpleza, porque o se tiene o no se tiene. Como el amor, decíamos.

Chéjov es un virtuoso de la sencillez, un humilde servidor del amor común, de los sentimientos más humanos y anodinos... de esa mediocridad estúpida que a veces somos, pero que en su superación nos convierte en mejores y más diestros actores subidas a la escena de la vida. Por más que no nos demos ni …