📖 Leo reseñó El infinito en un junco de Irene Vallejo
Los libros son lo único que se hace bello cuando habla de sí mismo
5 estrellas
Comencé esta lectura con cierto escepticismo. Había estado oyendo, leyendo y viendo a medio mundo hablar, escribir y leer sobre "El infinito en un junco", en todos los casos con opinión favorable... Siempre dudo de aquello sobre lo que no hay ningún "pero".
No pude (y sí que lo intenté) realizar la lectura comparando esta obra de Irene Vallejo con una previa de Santiago Posteguillo que me pareció fascinante e insuperable: "La noche en que Frankenstein leyó el Quijote". Temía dos posibilidades: encontrarme con un refrito o descubrir que la obra de Posteguillo sí fuera superable después de todo.
No pasó "ni lo uno, ni lo otro, sino todo lo contrario" (Cantinflas, 1940). Sí, son libros que persiguen un mismo propósito; sí, están llenos de pasajes históricos de lo más interesantes y sorprendentes sobre le evolución del concepto de "libro", desde sus orígenes hasta nuestros días; pero no, ni el …
Comencé esta lectura con cierto escepticismo. Había estado oyendo, leyendo y viendo a medio mundo hablar, escribir y leer sobre "El infinito en un junco", en todos los casos con opinión favorable... Siempre dudo de aquello sobre lo que no hay ningún "pero".
No pude (y sí que lo intenté) realizar la lectura comparando esta obra de Irene Vallejo con una previa de Santiago Posteguillo que me pareció fascinante e insuperable: "La noche en que Frankenstein leyó el Quijote". Temía dos posibilidades: encontrarme con un refrito o descubrir que la obra de Posteguillo sí fuera superable después de todo.
No pasó "ni lo uno, ni lo otro, sino todo lo contrario" (Cantinflas, 1940). Sí, son libros que persiguen un mismo propósito; sí, están llenos de pasajes históricos de lo más interesantes y sorprendentes sobre le evolución del concepto de "libro", desde sus orígenes hasta nuestros días; pero no, ni el de Irene Vallejo puede considerarse un refrito del primero, ni el de Santiago Posteguillo fue superado por el segundo... En todo caso, han hecho una magnífica mancuerna (¿involuntaria?) para mantener encendida nuestra llama de la pasión por los libros.
Sin menospreciar el asombroso trabajo que ambos autores han hecho, también hay que reconocer que escribir sobre libros ya le da ventaja a casi cualquier escribiente... Porque, finalmente, los libros son lo único que se hace bello cuando habla de sí mismo.