Ocaña terminó de leer El género en disputa de Judith Butler

El género en disputa por Judith Butler
El género en disputa, obra fundadora de la llamada teoría queer y emblema de los estudios de género como …
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El género en disputa, obra fundadora de la llamada teoría queer y emblema de los estudios de género como …
La protagonista de esta historia estuvo viva y fue feliz, pero hace tiempo que apenas puede recordarlo. Habita un hotel …
Esta pequeña obra de teatro ha caído en mis manos, y quería ver cómo era la comedia por aquella época 1932. Es difícil valorarla porque hay que aplicar el contexto de una sociedad muy machista, clasista y racista (ahí van mis 3 sombreros) y, además, pasa con la comedia que no sabes si lo que está es señalando precisamente esas cosas o fomentándolas, o ambas a la vez.
De cualquier forma, desde el punto de vista de la técnica cómica hay partes muy buenas por absurdas.
Cuando se lee Tres sombreros de copa, comedia escrita en 1932, sorprende por encima de todo la originalidad de una …
¿Irritabilidad? ¿Adicción a las redes? ¿FOMO? ¿Tienes la sensación de que la vida en la web se ha vuelto más …
La publicidad es el gran cáncer de internet. Algo contra lo que cada día batallamos con bloqueadores de anuncios, cerrando ventanas, rechazando cookies y saltándonos el contenido patrocinado como podemos. Optamos por llevar la batalla más allá. Bloquear rastreadores masivamente. Hacer ruinoso su esfuerzo publicitario. Dejar de seguir a empresas en redes sociales, retirar el apoyo a celebrities o influencers que nos vendan productos de multinacionales. Prohibir el perfilado individual en base a datos extraídos de nuestro comportamiento digital. Acabar con estudios, cursos, carreras o másteres dedicados a optimizar el posicionamiento de un producto. Abolir la industria publicitaria al completo. Es un absoluto horror que tantísimo potencial creativo y tanta fuerza de trabajo se malgasten en algo tan banal como intentar convencernos de comprar cosas que no necesitamos para mantener un ritmo de crecimiento insostenible.
— La viralidad del mal por Proyecto UNA (Página 276)
La IA no comprende el mundo, solo encaja patrones uno detrás de otro hasta que la solución propuesta nos resulte suficientemente familiar como para aceptarla. La consecuencia última de retirar nuestra capacidad de reflexión y otorgársela a la automatización es la de eximir a nuestras conciencias del daño que podemos causar.
— La viralidad del mal por Proyecto UNA (Página 207)
Si queremos hablar de libertad de expresión, entonces hay que poner sobre la mesa la limitación del derecho a la protesta que suponen la ley mordaza, el delito de injurias a la corona (vigente todavía en 2024), que no se puedan enseñar pezones femeninos en las webs de Meta o que el 50% de todo el tráfico en internet lo acaparen cinco empresas.
— La viralidad del mal por Proyecto UNA (Página 166)
El carácter imaginario del deseo, evidentemente, no se limita a la identidad transexual; la naturaleza fantasmática del deseo pone de manifiesto que el cuerpo no es su base ni su causa, sino su ocasión y su objeto. La táctica del deseo es en parte la transfiguración del cuerpo deseante en sí. En realidad, para desear puede ser necesario creer en un yo corporal modificado que, dentro de las normas de género de lo imaginario, puede amoldarse a las exigencias de un cuerpo capaz de desear. Esta condición imaginaria del deseo siempre sobrepasa el cuerpo físico a través del cual o en el cual funciona.
— El género en disputa por Judith Butler (Página 135)
Advertencia de contenido Sobre la repetición de construcciones de poder/discurso heterosexistas desde lo gay, como primer paso natural
El hecho de que los regímenes de poder del heterosexismo y el falogocentrismo adquieran importancia mediante una repetición constante de su lógica, su metafisica y sus ontologías naturalizadas no significa que deba detenerse la repetición en sí —como si esto fuera posible—.
Si la repetición debe seguir siendo el mecanismo de la reproducción cultural de las identidades, entonces se plantea una pregunta fundamental: ¿qué tipo de repetición subversiva podría cuestionar la práctica reglamentadora de la identidad en sí?
La protagonista de esta historia estuvo viva y fue feliz, pero hace tiempo que apenas puede recordarlo. Habita un hotel …
Advertencia de contenido Coaliciones desde la conservación de las contradicciones, y el diálogo en la coalición.
Es evidente que no debe subestimarse el valor de la política de coalición, pero la forma misma de coalición, de un conjunto emergente e impredecible de posiciones, no puede imaginarse por adelantado. A pesar del impulso, claramente democratizador, que incita a construir una coalición, alguna teórica de esta posición puede, involuntariamente, reinsertarse como soberana del procedimiento al tratar de establecer una forma ideal anticipada para las estructuras de coalición que realmente asegure la unidad como conclusión. Los esfuerzos por precisar qué es y qué no es la forma verdadera de un diálogo, qué constituye una posición de sujeto y, sobre todo, cuándo se ha conseguido la «unidad», pueden impedir la dinámica autoformativa y autolimitante de la coalición.
Insistir anticipadamente en la «unidad» de coalición como objetivo implica que la solidaridad, a cualquier precio, es una condición previa para la acción política. Pero ¿qué tipo de política requiere ese tipo de unidad anticipada? Quizás una coalición tiene que admitir sus contradicciones antes de comenzar a actuar conservando intactas dichas contradicciones. O quizá parte de lo que implica la comprensión dialógica sea aceptar la divergencia, la ruptura, la fragmentación y la división como parte del proceso, por lo general tortuoso, de la democratización. El concepto mismo de «diálogo» es culturalmente específico e histórico, pues mientras que un hablante puede afirmar que se está manteniendo una conversación, otro puede asegurar que no es así. Primero deben ponerse en tela de juicio las relaciones de poder que determinan y restringen las posibilidades dialógicas. De lo contrario, el modelo de diálogo puede volver a caer en un modelo liberal, que implica que los agentes hablantes poseen las mismas posiciones de poder y hablan con las mismas presuposiciones acerca de lo que es «acuerdo» y «unidad» y, de hecho, que ésos son los objetivos que se pretenden.
— El género en disputa por Judith Butler (Página 56)
Me flipa esto, en 1990, y la parte de que para hacer posible el diálogo dentro de una coalición es necesario ese reconocimiento de las posiciones de poder
Advertencia de contenido Sobre el sujeto del feminismo
No basta con investigar de qué forma las mujeres pueden estar representadas de manera más precisa en el lenguaje y la política. La crítica feminista también debería comprender que las mismas estructuras de poder mediante las cuales se pretende la emancipación crean y limitan la categoría de «las mujeres», sujeto del feminismo. [...] la tarea consiste en elaborar, dentro de este marco constituido, una crítica de las categorías de identidad que generan, naturalizan e inmovilizan las estructuras jurídicas actuales.
— El género en disputa por Judith Butler (Página 38)
Advertencia de contenido Ni la gramática ni el estilo son políticamente neutros
Ni la gramática ni el estilo son políticamente neutros. Aprender las reglas que rigen el discurso inteligible es imbuirse del lenguaje normalizado, y el precio que hay que pagar por no conformarse a él es la pérdida misma de inteligibilidad. Como me lo recuerda Drucilla Cornell, que sigue la tradición de Adorno: no hay nada radical acerca del sentido común. Considerar que la gramática aceptada es el mejor vehículo para exponer puntos de vista radicales sería un error, dadas las restricciones que la gramática misma exige al pensamiento; de hecho, a lo pensable. Sin embargo, las formulaciones que tergiversan la gramática o que de manera implícita cuestionan las exigencias del sentido proposicional de utilizar sujeto-verbo son claramente irritantes para algunos. Los lectores tienen que hacer un esfuerzo, y a veces éstos se ofenden ante lo que tales formulaciones exigen de ellos. ¿Están los ofendidos reclamando de manera legítima un «lenguaje sencillo», o acaso su queja se debe a las expectativas de vida intelectual que tienen como consumidores? ¿Se obtiene, quizá, un valor de tales experiencias de dificultad lingüística? Si el género mismo se naturaliza mediante las normas gramaticales, como sostiene Monique Wittig, entonces la alteración del género en el nivel epistémico más fundamental estará dirigida, en parte, por la negación de la gramática en la que se produce el género.
— El género en disputa por Judith Butler (Página 18)
Estoy en el prólogo y ya está soltando perlas
El género en disputa, obra fundadora de la llamada teoría queer y emblema de los estudios de género como …