La relectura de este libro me hizo notar que la categoría estética de «realismo» no es, simplemente, el rasgo estilístico de una descripción detallada de los ambientes, las cosas, lo material del mundo ficcional. También está la manera en que el narrador conduce al lector, a través del comentario, a hallar el mundo de la novela en la realidad (no al revés). La mordacidad del narrador es ejemplar.
De lo mucho que se ha dicho sobre esta obra, falta la mirada renovada que no exalte la identificación entre destino y cristianismo. La noción de destino en la obra, vista desde el encadenamiento de sucesos y, sobre todo, del discurso, permite observar cómo la identificación mencionada existe al seno de los presupuestos patriarcales. Esto, que hoy no es tan obvio, incide en la lectura de la obra dejando ver que la tragedia es la obediencia a un conjunto de normas sistematizadas entendidas como destino...
Tomando el transfeminismo como punto de partida epistémico, esta obra recorre —tanto en el ensayo …
La pertinencia del ensayo y la entrevista que le sigue es definitiva. El paradigma de la pandemia ofrece la posibilidad de señalar contextos que han recrudecido las violencias contra grupos minoritarios. El uso de los términos teórico-críticos que Sayak desarrolla aquí es muy adecuado para la observación de la maquinaria de producción sistemática de violencia: necropatriarcado, necopolítica, necroscopias (y es que todo esto tiene que ver con la muerte) indica la necesidad de un transfeminismo urgente.
La de este libro es una escritura que está yéndose de sí, deviniendo intemperie, afueritud …
Libro de fragmentos. En un sentido fácil de decir: pistas de algo que permanece desconocido o inacabable y que es, también, una reflexión sobre la experiencia de la andanza transgénero -desde la teoría, desde la filosofía y la poesía-. El personaje principal, El Detective, toma el caso de un asesinato y va de camino a la muerte de la identidad y una exploración, en pregunta, de la subjetividad.
Sab constituye una singular aportación a la novela antiesclavista. La autora sigue en ella los …
Esta historia, en sus elementos formales, está entre el romanticismo y el realismo; la idealización del amor, el pathos y la descripción detallada del mundo representado así como de la psicología de los personajes. Recuerda un poco Onooroco de Aphra Behn (s. XVII) en la imposibilidad de la libertad o el fin de esclavismo. La cuestión es que, si bien ambas novelas tienen su mundo en el colonialismo, la de Gertrudis Gómez de Avellaneda está escrita en el s. XIX y se enfoca en la excelsitud de las intenciones y el «buen corazón» de Sab, el esclavo que pudo realizar una revolución antiesclavista en Cuba.
Las clandestinas es un esfuerzo por hacer un encuentro narrativo de experiencias muy pocas veces …
Este libro construye narraciones sobre tres mujeres que vivieron en la clandestinidad sirviendo en el servicio secreto del estado mexicano. Su brevedad destaca aspectos que, precisamente, mantienen tal clandestinidad viva. Habla de lo que puede hablarse. En otras palabras, el poder decir, el poder escribir parece cooptado. Se deslizan aspectos del la borradura en el texto; se visibiliza el dolor, la dureza y el leitmotiv: vivir «a salto de mata». Nada más puede ser dicho.
Esto es el libro: su propio proceso de escritura. Como la autora lo dice, un proceso de borradura y reescritura para hacer indirecto el discurso mismo de inteligencia (servicio secreto). Aquello que no se dice es el marco del discurso. Lo común a las tres mujeres que hablan es el reconocimiento de la fiera liminaridad entre los «buenos» y los «malos»; el olvido; el dolor del recuerdo y el aspecto de l impensable y …
Este libro construye narraciones sobre tres mujeres que vivieron en la clandestinidad sirviendo en el servicio secreto del estado mexicano. Su brevedad destaca aspectos que, precisamente, mantienen tal clandestinidad viva. Habla de lo que puede hablarse. En otras palabras, el poder decir, el poder escribir parece cooptado. Se deslizan aspectos del la borradura en el texto; se visibiliza el dolor, la dureza y el leitmotiv: vivir «a salto de mata». Nada más puede ser dicho.
Esto es el libro: su propio proceso de escritura. Como la autora lo dice, un proceso de borradura y reescritura para hacer indirecto el discurso mismo de inteligencia (servicio secreto). Aquello que no se dice es el marco del discurso. Lo común a las tres mujeres que hablan es el reconocimiento de la fiera liminaridad entre los «buenos» y los «malos»; el olvido; el dolor del recuerdo y el aspecto de l impensable y la tranformación de la violencia como cosificación de lxs vulnerables.