Manuel Monroy Correa valoró Terrestre: 4 estrellas

Terrestre por Cristina Rivera Garza
Terrestre bien podría ser definido como un libro de palabras en completa libertad. Imaginativo, con estructuras narrativas audaces, Cristina Rivera …
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Terrestre bien podría ser definido como un libro de palabras en completa libertad. Imaginativo, con estructuras narrativas audaces, Cristina Rivera …
Terminé de leer este libro en la línea 2 del metro, desde la estación General Anaya hasta Cuatro Caminos (de regreso después de haber presentado un poemario de un autor residente en Tepotzotlán en una librería de Coyoacán). Aunque todo libro puede disfrutarse de cualquier modo, y las preferencias sean múltiples, no quiero decir que sea de una lectura simple. Lo leí igualmente en mi casa y en otras ocasiones, de camino a otros lados. El estilo de Cristina Rivera Garza es uno que combina lo político con lo histórico, consciente de que toda escritura está entre la memoria, la investigación, el lugar de enunciación. En este caso, la mirada feminista de mujeres mexicanas en el siglo XX y el rasgo común a cada historia: el viaje como deseo y experiencia en estado de alerta. Combinación también de apertura y retrospectiva.
Los cuentos que más disfruté fueron «Los leones no …
Terminé de leer este libro en la línea 2 del metro, desde la estación General Anaya hasta Cuatro Caminos (de regreso después de haber presentado un poemario de un autor residente en Tepotzotlán en una librería de Coyoacán). Aunque todo libro puede disfrutarse de cualquier modo, y las preferencias sean múltiples, no quiero decir que sea de una lectura simple. Lo leí igualmente en mi casa y en otras ocasiones, de camino a otros lados. El estilo de Cristina Rivera Garza es uno que combina lo político con lo histórico, consciente de que toda escritura está entre la memoria, la investigación, el lugar de enunciación. En este caso, la mirada feminista de mujeres mexicanas en el siglo XX y el rasgo común a cada historia: el viaje como deseo y experiencia en estado de alerta. Combinación también de apertura y retrospectiva.
Los cuentos que más disfruté fueron «Los leones no están acá» y «Pajarracas». El primero me parece magistral en el uso del negativo como enunciación de algo sobre lo cual los personajes se apartan. Mantener algo así no solo implica un juego de estilo literario sino también es el carácter mismo de la historia, la de dos amantes que huyen y que no son capaces de decirse desde el deseo (de lo que podrían ser). El segundo cuento es un homenaje al ímpetu que lleva a dos chicas a viajar descuidadamente y, a pesar de que el peligro es posible, se manifiesta la bondad de hombres que son fieras latentes. ¿Una dulce ilusión? Una maravillosa fantasía en la que estas dos mujeres son, también, aves y libres. ¿Hasta dónde es posible mantener la libertad?
También: ¿hasta dónde es posible andar en la frontera donde el vaivén del deseo, del peligro, de la memoria, de la limitada libertad y de las convicciones políticas —anarquistas, por ejemplo— pende de un hilo o puede sacudirse hasta volcarse al final? ¿Y cuál es el final de todo? La narración de ello. Ese es el final de todo, perdido o recuperado
Este libro biográfico sobre sí y sobre el padre, me ha gustado mucho. La honestidad de la autora, en el momento en que escribir se vuelve un ejercicio que no se separa de la perspectiva solitaria. La exposición de un padre que fue héroe y termina siendo hombre a los ojos de su hija, con mirada feminista y amorosa y desencantada. Parece que Aura García-Junco quiere dejar el rastro bien definido, de una reflexión al momento en que se va escribiendo, tanto sobre lo que dice sobre el cómo lo dice y desde dónde.
Hay una extensión que pretende la huella del cometido personal y literario de su padre, descrita con tanto detalle que puede adivinarse la intención de no dejar tampoco ese asunto sino como legado. El final del libro vuelve a la mirada sobre el padre y sobre sí. La mirada de la escritura, cuestión también abordada a …
Este libro biográfico sobre sí y sobre el padre, me ha gustado mucho. La honestidad de la autora, en el momento en que escribir se vuelve un ejercicio que no se separa de la perspectiva solitaria. La exposición de un padre que fue héroe y termina siendo hombre a los ojos de su hija, con mirada feminista y amorosa y desencantada. Parece que Aura García-Junco quiere dejar el rastro bien definido, de una reflexión al momento en que se va escribiendo, tanto sobre lo que dice sobre el cómo lo dice y desde dónde.
Hay una extensión que pretende la huella del cometido personal y literario de su padre, descrita con tanto detalle que puede adivinarse la intención de no dejar tampoco ese asunto sino como legado. El final del libro vuelve a la mirada sobre el padre y sobre sí. La mirada de la escritura, cuestión también abordada a lo largo del libro. La intimidad y una propuesta entrañable de cercanía con otrxs a quienes se quisiera apapachar.
H. Pascal, maestro excéntrico, escritor en el margen y promotor cultural, murió abruptamente en julio de 2019, acompañado de diez …
H. Pascal, maestro excéntrico, escritor en el margen y promotor cultural, murió abruptamente en julio de 2019, acompañado de diez …
¿Cómo respondemos? ¿Con la voz entrecortada? ¿Con el cuerpo? ¿Con la lata de aerosol? ¿Con un coctel molotov? ¿Con toda …
Me llama la atención que la poeta de origen costarricense y nacionalizada mexicana, Eunice Odio, esté referida en esta novela, con un dato enigmático que la conecta con la madre de la protagonista. Esta se encuentra escindida y el cerebro es una metáfora de lo que sucede. Aquí, el recurso a lo maravilloso no se alinea con el término de mercadeo «realismo mágico». Un ajuste de sentido lo llevaría a lo real maravilloso. Sin embargo, a la distancia de la propuesta literaria latinoamericana y el asunto de la novela (la escisión y una cuestión neurológica) ya no le permiten ni entrar ahí ni pensarla como «heredera» de tal estilo.
La narración tiene el carácter de la cercanía y cierto apartamiento, según la persona usada por la narradora. Intrigante y buena novela.
En los pasillos de esta novela, una mujer se repite y multiplica. Se desdobla. Una de ellas elige la renuncia …
Una filosofía de la rebeldía y una reflexión sobre el fracaso del pensamiento rebelde en el pensamiento europeo (principalmente, francés), del s. XVIII al XX, pasando por Sade, Stirner, Bakunin, Marx, Lenin. Particularmente, en su inicio, del lado de las estéticas rebeldes que implican pensamiento: del sadismo, el romanticismo, el simbolismo, al realismo, surrealismo. Tanto estas como el pensamiento y la acción revolucionaria, se hallan cruzadas por el gran problema en la Modernidad: sin dios queda el ser humano frente a sí, como únicx autorx de su posible destino, moral, política y estéticamente. Es problema por la cuestión del absurdo cuando ya no hay télos (finalidad trascendente). El camino es el de la secularización como sustitución de la divinidad, pero sin cambios fundamentales en el ejercicio del poder y de la supresión de la rebeldía misma: totalitarismos, fascismos. Si hay algo que emerge de la desilusión ante el absurdo de …
Una filosofía de la rebeldía y una reflexión sobre el fracaso del pensamiento rebelde en el pensamiento europeo (principalmente, francés), del s. XVIII al XX, pasando por Sade, Stirner, Bakunin, Marx, Lenin. Particularmente, en su inicio, del lado de las estéticas rebeldes que implican pensamiento: del sadismo, el romanticismo, el simbolismo, al realismo, surrealismo. Tanto estas como el pensamiento y la acción revolucionaria, se hallan cruzadas por el gran problema en la Modernidad: sin dios queda el ser humano frente a sí, como únicx autorx de su posible destino, moral, política y estéticamente. Es problema por la cuestión del absurdo cuando ya no hay télos (finalidad trascendente). El camino es el de la secularización como sustitución de la divinidad, pero sin cambios fundamentales en el ejercicio del poder y de la supresión de la rebeldía misma: totalitarismos, fascismos. Si hay algo que emerge de la desilusión ante el absurdo de la vida y la responsabilidad de trazar camino es, en la estética y en la política, el nihilismo en sus distintas modalidades. Aun la dialéctica hegeliana, usada por acólitos de la misma, termina en la supresión de la libertad.
Contra un pensamiento y acciones así, la recuperación del sentido emancipatorio de la rebeldía le parecía a Camus urgente. ¿Lo es para nosotros también? La perspectiva de Camus implica una rebeldía que se detiene ante la libertad absoluta y, frente al absurdo, plantea no aplazar la justicia como posibilidad por venir, sino realizada en el presente. Una rebeldía que se propone como preservadora de la vida en lugar de su destructora en pos de la realización de ideales mediante el crimen. No niega la realidad pero se afirma para la vida sin encaminarse a la destrucción.
Sin duda, la pertinencia de este texto permanece, aunque las condiciones de posibilidad para una emancipación de las atrocidades del tardocapitalismo se han complejizado. El nihilismo no ha dejado de hallarse en la permanencia del desencanto por la Modernidad. En la indolencia del presente, la rebeldía sigue sin encaminarse a la destrucción. ¿Qué posibilidades de incidencia y organización permite hoy? Aunque esto no se responda, evidentemente, en el libro, debido a su época, la raíz del sentido de rebeldía y su mesura, son siempre iniciales para producciones modificadas de emancipación según lo arduo; siempre en oposición a la opresión, en la validez del reclamo de justicia no exclusivista.
No extraña que le haya valido al autor el desagrado de su círculo intelectual, pues señala la deconstrucción de las validaciones ideales del espíritu revolucionario de siempre. Ni anarquistas, ni comunistas, ni marxistas; ni hegelianos; ni esteticistas, apoyados en el curso de un nihilismo incipiente caracterizado en los discursos de emancipación, control y desencanto. Camus es insobornable.
The Rebel (French: L'Homme révolté) is a 1951 book-length essay by Albert Camus, which treats both the metaphysical and …
Como marco estético que finaliza el s. XIX, desde el movimiento romántico, Naná pretende no dejar injustificado ningún detalle que la hipocresía de sus personajes pueda ocultar. Lo más significativo no es este aspecto estilístico sino la inserción del relato en la noción de Modernidad que estos autores tenían y que confirma la noción de corrupción que el mundo ficcional presenta. Tal como Zola pensaba, la novela es experimental a la manera de un descubrimiento científico cuya regla se codifica en la descripción del ambiente. Una cosa que llevaría a otra. Pareciera, pues, que la apuesta va hacia la perspectiva de que es «natural» que los grupos sociales mienten desde su condición normativa y se animalizan a la más mínima provocación. Naná, como personaje y en este caso, no miente nunca y Zola la hace ver como si dejara salir el potencial de toda «corrupción» de normatividad social (¿fatal emancipación?), …
Como marco estético que finaliza el s. XIX, desde el movimiento romántico, Naná pretende no dejar injustificado ningún detalle que la hipocresía de sus personajes pueda ocultar. Lo más significativo no es este aspecto estilístico sino la inserción del relato en la noción de Modernidad que estos autores tenían y que confirma la noción de corrupción que el mundo ficcional presenta. Tal como Zola pensaba, la novela es experimental a la manera de un descubrimiento científico cuya regla se codifica en la descripción del ambiente. Una cosa que llevaría a otra. Pareciera, pues, que la apuesta va hacia la perspectiva de que es «natural» que los grupos sociales mienten desde su condición normativa y se animalizan a la más mínima provocación. Naná, como personaje y en este caso, no miente nunca y Zola la hace ver como si dejara salir el potencial de toda «corrupción» de normatividad social (¿fatal emancipación?), al fin, perecedera aunque no feliz. De hecho, Naná misma es un personaje nihilista. Este elemento ya contradice un poco la noción de «experimento» y desarrollar «sin presupuestos» una historia (cosa imposible, además) novelada. Zolá consideraría que Naná tiene el poder, por su género y su sexo, de descarnar la hipocresía y de arruinar los estatutos de clase.
Con Naná, Zola se propuso hacer un estudio verdadero de las cortesanas de lujo, hastiado por el tratamiento engañoso …