Manuel Monroy Correa reseñó El libro de los placeres de Raoul Vaneigem (Mapas)
Pulsión de vida. Fin del capitalismo...
4 estrellas
Un libro del que de esperé el final: ¿qué senda de emancipación es posible? Unx se ve tentadx a hallar un caminito transitado cuando los tiene que inaugurar unx mismx, aunque Vaneigem apunta bien a la acción colectiva en la que cada quien reivindica para sí la vida en vez del discurso civilizatorio de carácter nihilista, «el mundo al revés» y, entonces, en un acuerdo de todxs, dejar colgado al capitalismo y a sus opresiones, de una sola vez.
El goce, supongo, sería apenas el principio de algo libre, un antecedente para todas las emancipaciones.
Encuentro correspondencias con Camus (El hombre rebelde y la crítica al nihilismo de los regímenes autoritarios y revolucionarios) y el momento anarquista de Onfray (su ética hedonista).
Un par de planteamientos que serían propios de su tiempo no parecen muy satisfactorios hoy: acaso, cuando anarquismo y feminismo (1970) parecieran no tener mucha relación. El segundo: cuando las infancias están involucradas en el goce, se supone, en el de ellxs mismxs (existe una aclaración que el autor hizo especialmente para esta edición en español, pág. 168).
No es de sorprender que algunas observaciones sobre la sociedad de consumo sean tan actuales. Nada ha cambiado, solo se ha recrudecido. De hecho, podría decirse que las dinámicas de construcción de subjetividad desde las redes sociales privativas y los modelos actuales de IA, están delineados aquí sin haber tenido Vaneigem idea de que existirían.
Sin duda el planteamiento de Vaneigem es desafiante en la práctica. Las consideraciones son innumerables. Una de mis citas favoritas —entre muchas— es esta: «La línea de vida pasa por la abundancia subjetiva, el amor sin límites, el incendio de bancos, el sabotaje de la economía, el fin del Estado, la destrucción radical de las relaciones mercantiles» (pág. 195).
