Señó Moshuelo valoró Temporada baja: 4 estrellas

Temporada baja por Jack Ketchum, María Pilar San Román
Carla es una joven editora de Nueva York que ha alquilado durante la temporada baja una cabaña cerca de Dead …
Poesía, libros y alpiste. Escampaos y bandolerismo. Si bajo de la rama soy Víctor Briones Antón
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Carla es una joven editora de Nueva York que ha alquilado durante la temporada baja una cabaña cerca de Dead …
Estas obras con un tratamiento tan explícito de la violencia pueden no ser plato del gusto de todos, pero a mí me llevan a un territorio que me atemoriza y me fascina, un lugar nihilista y antiguo, algo que soy y que me advierte. Encuentro destellos en Ketchum de un pesimismo que lo acerca a Ligotti, de un sinsentido enloquecedor, buen caldo para mis hambres. Es interesantísimo el epílogo que el propio autor deja en esta edición. En él nos habla de como le jorobaron el primer borrador por querer suavizar tanto horror y violencia: ”yo quería una inundación", dice en ese epílogo; y vaya si nos inunda; nos anega de sangre, nos asfixia de inseguridad y reflexiones sobre qué es capaz de hacer un ser humano. La caña gore y el ritmo ágil hacen que el libro se lea fácil. Si le pegas al terror y te va la …
Estas obras con un tratamiento tan explícito de la violencia pueden no ser plato del gusto de todos, pero a mí me llevan a un territorio que me atemoriza y me fascina, un lugar nihilista y antiguo, algo que soy y que me advierte. Encuentro destellos en Ketchum de un pesimismo que lo acerca a Ligotti, de un sinsentido enloquecedor, buen caldo para mis hambres. Es interesantísimo el epílogo que el propio autor deja en esta edición. En él nos habla de como le jorobaron el primer borrador por querer suavizar tanto horror y violencia: ”yo quería una inundación", dice en ese epílogo; y vaya si nos inunda; nos anega de sangre, nos asfixia de inseguridad y reflexiones sobre qué es capaz de hacer un ser humano. La caña gore y el ritmo ágil hacen que el libro se lea fácil. Si le pegas al terror y te va la casquería fina, gozarás como sádico en matanza.
Segundo que me leo de este ceñó, el anterior, 'La chica de al lado', me fascino y me dejó helado por sus imágenes de violencia que nos llevan a pensar sobre de dónde sale ese mal y cuánto de él llevamos dentro.
Pues este no me ha dicho nada, no es para mí, lo dejo a la mitad...
La analogía es una de las más poderosas herramientas heurísticas que posee el ser humano y que hace posible la transmisión del conocimiento de un individuo experto a uno no versado o la posibilidad de comprender un asunto desde una perspectiva nueva o diferente. Sin embargo, las analogías tienen un doble filo que, en vez de ayudarnos a penetrar en los desconocido, corta de cuajo lo que sabemos, lo desvirtúa y lo cortocircuita, engañándonos y haciéndonos creer que sabemos lo que, en realidad, desconocemos.
Tim Birkhead es un ornitólogo en la última etapa de su vida académica dedicada casi por entero a la investigación comportamental y ecológica de las aves. En la Universidad de Sheffield (Reino Unido) ha desarrollado casi todo su trabajo muy centrado en el Arao común y su comportamiento nidificante y de migración. Podría parece baladí que se halla formado en Reino Unido y que su carrera …
La analogía es una de las más poderosas herramientas heurísticas que posee el ser humano y que hace posible la transmisión del conocimiento de un individuo experto a uno no versado o la posibilidad de comprender un asunto desde una perspectiva nueva o diferente. Sin embargo, las analogías tienen un doble filo que, en vez de ayudarnos a penetrar en los desconocido, corta de cuajo lo que sabemos, lo desvirtúa y lo cortocircuita, engañándonos y haciéndonos creer que sabemos lo que, en realidad, desconocemos.
Tim Birkhead es un ornitólogo en la última etapa de su vida académica dedicada casi por entero a la investigación comportamental y ecológica de las aves. En la Universidad de Sheffield (Reino Unido) ha desarrollado casi todo su trabajo muy centrado en el Arao común y su comportamiento nidificante y de migración. Podría parece baladí que se halla formado en Reino Unido y que su carrera creciera durante el auge de la sociobiología, pero no lo es. "Yo rehuí la biología sensorial [fisiología animal] cuando era estudiante universitario de zoología en los años setenta" dice en el prefacio, y continua diciendo, "en parte porque la impartían fisiólogos en vez de conductistas y en parte los vínculos entre el sistema nervioso y el comportamiento solo se conocían en lo que yo consideraba animales bastante insulso, como las babosas de mar, y no en los pájaros". El conductismo prácticamente es la base epistemológica y metodológica de la sociobiología que, en las últimas décadas, para dejar atrás sus incontables fracasos y críticas de muchos biólogos, ha transmutado su nombre a biología del comportamiento. Sin embargo, el reduccionismo es el mismo y ésta es una cuestión que se debe tener presente siempre a la hora de leer este ensayo. La cantidad de trabajos y estudios citados por Birkhead es realmente impresionante, además de contar un buen número de experiencias personales durante la recogida de datos que siempre son útiles para cualquier empirista que se precie. Las discrepancias vendrán a la hora de interpretar estos datos.
Birkhead resume el ánimo de su libro en una suave crítica al filósofo Thomas Nagel que, en 1974 en su ¿Qué se siente al ser un murciélago? argumentaba que nunca podremos saberlo: los sentimientos y la conciencia son experiencias subjetivas y por tanto no pueden ser imaginadas ni compartirse con otros seres. Birkhead reconoce que "no podemos saber exactamente qué se siente al ser un murciélago" para, a continuación, rascarse con la mano agrupada sobre la clavícula y afirmar "los biólogos adoptan un enfoque más pragmático y eso es lo que voy a hacer yo".
La obra comienza con una revisión al sentido de la vista, el sentido más estudiado en la literatura científica y al cual dedica más páginas. Comparados con los mamíferos, los ojos de las aves son mucho más grandes en relación a su cráneo. Además, aproximadamente el 50% de las especies presentan bifocalidad: poseen dos fóveas (dos puntos pequeños en la retina donde las capas celulares dedicadas a la nutrición de las células desaparecen y sólo encontramos células sensibles a longitudes de onda específicas, o conos). Así, por ejemplo las gallinas poseen una fóvea especializada en el enfoque proximal, para enfocar semillas en el suelo, y una fóvea especializada en el enfoque distal, que perfila el horizonte en busca de depredadores. Con esta doble fóvea, también, el arao común es capaz de distinguir a su pareja de otros miembros de su especie a distancias increíbles de varios centenares de metros. Además, el cerebro visual de las aves está lateralizado. Esto quiere decir que solamente son “capaces de ver” (procesar la información) de cerca con un hemisferio y de lejos, con el otro. Incluso, hay variación intraespecífica: hay aves zurdas y diestras para la visión. Y, por si fuera poco, la fisiología ocular también es “superior” en las aves. Los mamíferos fuimos capaces de “inventar” evolutivamente tres tipos de receptores específicos para longitudes de onda concretas (colores): los conos “rojos”, “verdes” y “azules”. Las aves, fuera de forma independiente, o gracias nuestro ancestro común reptiliano, también los consiguieron y, además, añadieron un cuarto tipo de receptor especializado en la luz ultravioleta.
El siguiente sentido estudiado por Birkhead es el del oído. Atendiendo a su pormenorizada explicación, podría decirse no ya que las aves son, por fuera, todo ojos, sino que además, por debajo de sus plumas, son todo oídos. En primer lugar es destacable la propiedad que tiene el órgano de cortí de las aves: es capaz de regenerarse y, por tanto, con la edad no ven disminuida la franja de frecuencias sonoras que son capaces de percibir, ni pierden sensibilidad para hacerlo. De hecho, pueden llegar a tener tanta sensibilidad en el oído y en la corteza cerebral que procesa la información, que la especie arao común es capaz de distinguir el piar de sus crías entre las decenas de miles que hay en las colonias de cría y del jolgorio producido por los adultos. La cabeza de las aves suele ser mucho más pequeña, en proporción al cuerpo, que la de los mamíferos y la distancia entre cócleas es muy pequeña en muchos casos. Esto hace difícil poder distinguir de dónde viene el sonido: los mamíferos utilizan la diferencia de tiempo con la que se recibe el sonido en un oído y el otro para inferir su dirección. Algunas especies de aves han encontrado una solución: un movimiento continuo de la cabeza cuando hay algún sonido de su interés y que les cuesta discriminar su procedencia. Además, muchas especies han modificado su audición ostensiblemente. Las rapaces nocturnas poseen aperturas auditivas frontalizadas y desplazadas verticalmente para aumentar la distancia entre cócleas y poder discernir la posición de sus presas, incluso debajo del follaje. Algunas han desarrollado ecolocalización a base de “clecks” vocales y recepción del eco producido.
Relacionado con el oído nos encontramos con el canto. No todas las aves cantan, pero sí que la mayoría produce sonidos mediante un órgano particular innovado evolutivamente por ellas y que funciona de forma análoga a las cuerdas vocales de los mamíferos. Este órgano es capaz de tener dos “canales” de emisión y permite a las aves cantoras elaborar complejos cantos que se componen de notas imperceptibles al oído humano: un canto que nos parece melodioso o, pro contra, horrible, suena completamente distinto en el cerebro de un ave. Todavía no se conoce con certeza, pero es probable que las estructuras cerebrales implicadas en la producción y recepción de cantos sean, en parte homólogas a los mamíferos y en parte “inventadas” ex novo en la rama aviana. Hay que recordar que la estructura tisular y anatómica del sistema nervioso central es muy diferente en aves y mamíferos.
El tacto es un sentido extremadamente desarrollado en muchas aves y, concretamente, poseen una enorme cantidad de receptores táctiles en el pico. Son de dos tipos: grandes o corpúsculos de Herbst y pequeños o corpúsculos de Grandry. Estructuralmente son similares a los corpúsculos de Pacini de la piel de los mamíferos y se concentran en una serie de cornetillos que oscilan entre 50 y 400, dependiendo de la especie. De esta manera, podemos observar cómo las ánades dedican horas a filtrar el fango en busca de pequeños artrópodos comestibles y aquello que lo hace posible son, precisamente, estos receptores táctiles.
Las aves también poseen sentido del gusto, pese a que históricamente se había considerado un sentido inexistente o muy poco importante en este grupo animal. No fue hasta 1874 cuando Herman Berkhoudt, un joven naturalista y fisiólogo alemán, descubrió que las lenguas de los ánades azulones tenían papilas gustativas. Desde entonces se han descubierto en todas las especies estudiadas. Por ejemplo, en los ánades azules hay unas 400, distribuidas en 5 regiones dentro de la lengua; las gallinas tienen unas 300 y la codorniz japonesa tan solo 70. En los años 20 del siglo XX, Bernhard Rensch y Rudolf Neunzig fueron los primeros en indagar sobre la capacidad de las aves de distinguir diferentes sabores. “Los estudios confirmaron que, a pesar del número relativamente pequeño de papilas gustativas, las aves reaccionan a las mismas categorías gustativas —dulce, salado, ácido y amargo— que nosotros” dice Birkhead. No se sabe si responden al sabor umami.
El olfato en aves también costó de aceptar como sentido importante para ellas. Solamente a partir de las investigaciones hechas a partir de 1960 se fue aceptando universalmente su importancia. Esto fue debido básicamente al peso histórico de las investigaciones de John James Audubon realizadas en el siglo XIX y que apuntaban a que el aura gallipavo (un ave carroñera emparentada con los buitres) no era capaz de detectar el olor de los cadáveres en descomposición, supuestamente su comida predilecta. Costó mucho desmontar los experimentos de Audubon: ¿A caso son los cadáveres en descomposición la comida predilecta de los animales carroñeros o son, quizá, los cadáveres frescos? A parte de ellos, es increíble comprobar las convergencias adaptativas que se presentan a nivel olfativo con los mamíferos. Los mamíferos con un sentido del olfato importante en su vida, presentan grandes bulbos olfativos en relación al tamaño total de su cerebro y suelen presentar adaptaciones para incrementar la superficie dedicada a la detección física de olores (normalmente repliegan el epitelio olfatorio en las fosas nasales formando retinales, alargan los hocicos, etc.). Fue Betsy Bang, ilustradora médica en la Universidad Johns Hopkins, quien con su minuciosidad en el estudio y descripción de los cerebros y picos de diferentes especies de aves llevó al lugar que le corresponde la capacidad de captar olores en las aves. Describió, por ejemplo, lo intrincado de la estructura del pico de un Kiwi marrón (similar a los retinales de un perro) y el gran tamaño relativo de su bulbo olfatorio.
Este libro de Daniel Millán pretende ser una guía para autistas sobre la manera de funcionar de los neurotípicos. No sé que pensarán les autistas, pero a mí (presunto neurotípico no diagnosticado todavía) me ha servido para acercarme a algunos conceptos relacionados con el autismo.
Hace mes y medio que tomé posesión de mi plaza, y es genial ver que todas esas cosas que nos chirrían a los nuevos se ven reflejadas tan habilmente en este libro.
Creo que le puede encantar a cualquiera que trabaje en una administración pública, y a todos los que estén pensando en opositar. Si ya estás en proceso, guárdalo para cuando apruebes, que ya tendrás tiempo después.
Cuatro años después de los sucesos ocurridos en Mi corazón es una motosierra, y tras salir de la cárcel, Jennifer …
Cuatro años después de los sucesos ocurridos en Mi corazón es una motosierra, y tras salir de la cárcel, Jennifer …
Podéis leer cómodamente esta RESEÑA aquí laquimeradegupta.tumblr.com/post/743396117232910336/una-sinapsis-f%C3%BAngica
Este no es un libro más sobre biología de los hongos. Bueno, sí que es un libro sobre biología de hongos, pero el autor ha sabido llevar a su máxima expresión la metodología propia del ensayo para producir 8 textos que, en realidad, versan sobre muchos temas y estudian la biología desde múltiples ángulos. La fermentación y descomposición de materia orgánica por parte de los hongos; la relación que tienen estos con las plantas a través de la simbiosis micorrítica; el papel de la psilocibina en la historia humana, como agente antropológico y como potencial sanador de enfermedades mentales; o el papel evolutivo de los hongos. Todo ello visto desde la perspectiva de la teoría de sistemas y de la complejidad: “cuando tratamos de elegir algo por sí mismo, lo encontramos ligado a todo lo demás en el universo”.
Los hongos son seres …
Podéis leer cómodamente esta RESEÑA aquí laquimeradegupta.tumblr.com/post/743396117232910336/una-sinapsis-f%C3%BAngica
Este no es un libro más sobre biología de los hongos. Bueno, sí que es un libro sobre biología de hongos, pero el autor ha sabido llevar a su máxima expresión la metodología propia del ensayo para producir 8 textos que, en realidad, versan sobre muchos temas y estudian la biología desde múltiples ángulos. La fermentación y descomposición de materia orgánica por parte de los hongos; la relación que tienen estos con las plantas a través de la simbiosis micorrítica; el papel de la psilocibina en la historia humana, como agente antropológico y como potencial sanador de enfermedades mentales; o el papel evolutivo de los hongos. Todo ello visto desde la perspectiva de la teoría de sistemas y de la complejidad: “cuando tratamos de elegir algo por sí mismo, lo encontramos ligado a todo lo demás en el universo”.
Los hongos son seres vivos que habitan la biosfera de forma extensiva: los podemos encontrar en superficies, dentro y fuera del suelo, viviendo simbióticamente con organismos, parasitándolos, viviendo en el agua, en el aire, dentro de las rocas o en las profundidades del océano. En la mayor parte de estos hábitats, los hongos son organismos estructurales. En no pocos casos, la fusión simbiótica con otros organismos ha producido grandes cambios ecosistémicos. Dos ejemplos: la unión simbiótica entre los ancestros de las plantas vasculares (probablemente algún tipo de alga verde) y de algunos tipos de hongos (los llamados micorríticos) permitió a estos ancestros de las plantas vasculares colonizar la tierra y abrirse paso a nuevos nichos ecológicos. Por su parte, la unión simbiótica estrecha entre cianobacterias y/o algas verdes y muchos tipos de hongos han llegado a producir superorganismos que forman tejidos (talos), que presentan un plan de desarrollo estereotipado (como cualquier otro organismo) y que clasificamos como si de “especies simples” se trataran: los líquenes. Actualmente sabemos que esta simbiosis está formada por más de 3 simbiontes, dos de ellos hongos (y un organismo fotosintético). Los son hongos son organismos que desafían nuestra concepción intuitiva de ser vivo: su organización corporal no suele ser más complicada que un filamento de células que se extiende y ramifica ocupando grandes extensiones de suelo (o del hábitat sobre el que se esté desarrollando) y pocas veces suele ser visible a simple vista. Estos filamentos (hifas) también se entrelazan, fusionan, mezclan y organizan con otras hifas de la misma especie para crecer (formando el tejido típico de los hongos: el micelio) o para reproducirse (con hifas compatibles o, como diríamos para vertebrados, del sexo adecuado) y formar la parte visible y reconocible de los hongos: las setas (o cuerpos fructífieros). Es el único momento donde los hongos constituyen más de un tipo diferente de tejido (sostén, reproductor, protección, etc.).
El micelio, dice Sheldrake, es el tejido que mantiene unido al mundo. Incluso, la enorme cantidad de esporas liberadas por los cientos de miles de especies de hongos que existen en el planeta, es capaz de alterar el clima: las esporas actúan como núcleos de condensación de gotas de lluvia. Como en las plantas, en los micelios se han detectado ondas eléctricas y gradientes químicos que utilizan los hongos para expandir información a lo largo de su cuerpo y extendiendo esta información a otras especies de hongos y, potencialmente, de plantas que viven en simbiosis. La red que forman en el suelo, de hecho, puede almacenar información de tipo geográfico y de la concentración de diferentes substancias. Algunos autores llaman a esto “memoria” y es difícil no hacerlo de otra manera. Si un extremo micelar en crecimiento recibe información sobre la presencia de una toxina en otro extremo del micelio y resulta que está creciendo en esa dirección, éste deja de crecer hacia allí; en la exploración de un terreno nuevo con la presencia de una sustancia alimenticia, el micelio crece explorando y recordando aquellos lugares con menor concentración de la sustancia, creciendo de forma eficiente hacia la comida.
Estas propiedades “inteligentes” del micelio, ¿son debidas a un tipo especial de “inteligencia de enjambre” (similar a las estrategias que manifiestan las abejas o las hormigas) o es una propiedad diferente, que emerge de una red físicamente unida como es el caso de un micelio fúngico? Para ahondar en la cuestión, Sheldrake estudia los hongos micorríticos. En esta simbiosis, las plantas reciben del hongo fósforo, nitrógeno y otros nutrientes minerales (pero no solo,. También ácidos grasos por ejemplo), y los hongos reciben sobre todo azúcares. Además, la relación es mucho más compleja porque hay paso de información en ambas direcciones. Recordemos que, a su vez, estos hongos micorríticos están conectados a otros hongos micorríticos en simbiosis con otras plantas y a otros hongos que viven en el suelo. Algunos autores han llamado a toda esta red potencial de información y nutrición la Wood Wide Web en analogía al protocolo de la World Wide Web.
Si tuviera que recomendar un libro para abrir tu mente y empezar a dar pasos para comprender la complejidad de la vida, éste sería uno de ellos. Sheldrake hereda en buena medida la visión holística de Alexander Von Humbolt y busca comprender la complejidad de los seres vivos desde los cimientos: desde los hongos. Parece que Latinoamérica tiene esa capacidad de inspirar a partes iguales visiones revolucionarias de la vida y de la política (el autor realizó sus estudios fúngicos en los bosques tropicales de Panamá). Lean a Melvin Sheldrake.
Empiezo esta lectura que comentaremos en mastodon con la etiqueta #lecturascasaarbol
Esta obra está estructurada en cuatro bloques o partes. La primera parte del libro está consagrada a un somero análisis de la crítica situación que padece nuestro planeta. El enriquecimiento de unos pocos en base al constante crecimiento del PIB están alterando el conjunto del sistema-Tierra, llegando a verse amenazada la vida en su seno. Esta situación adolece de un paradigma explicativo: si el progreso económico iba a librar de la pobreza al mundo, ¿cómo es posible que hoy tengamos coincidiendo temporalmente a los seres humanos más ricos del planeta, a las sociedades más desiguales de la historia y los daños ecosistémicos más profundos que la mano del ser humano ha provocado nunca?, ¿no se suponía que el sistema productivo capitalista, ya fuera de Estado o empresarial, nos llevaría a las mayores cotas de prosperidad nunca antes observadas?
Este nuevo paradigma, basado en la concepción interrelacionada de todas las capas, …
Esta obra está estructurada en cuatro bloques o partes. La primera parte del libro está consagrada a un somero análisis de la crítica situación que padece nuestro planeta. El enriquecimiento de unos pocos en base al constante crecimiento del PIB están alterando el conjunto del sistema-Tierra, llegando a verse amenazada la vida en su seno. Esta situación adolece de un paradigma explicativo: si el progreso económico iba a librar de la pobreza al mundo, ¿cómo es posible que hoy tengamos coincidiendo temporalmente a los seres humanos más ricos del planeta, a las sociedades más desiguales de la historia y los daños ecosistémicos más profundos que la mano del ser humano ha provocado nunca?, ¿no se suponía que el sistema productivo capitalista, ya fuera de Estado o empresarial, nos llevaría a las mayores cotas de prosperidad nunca antes observadas?
Este nuevo paradigma, basado en la concepción interrelacionada de todas las capas, nodos y redes que componen nuestra tierra, podría denominarse "visión holística del mundo" o "visión ecológica profunda", reconociéndose en él la interdependencia fundamental entre todos los fenómenos y el hecho de que, como individuos y como sociedades, estamos todos inmersos en los procesos cíclicos de la naturaleza. En la segunda parte Capra compone lo que podríamos denominar historia del pensamiento sistémico. La noción de ciencia es hija de la ilustración y, como tal, se basaba en los principios de progreso y linealidad para explicar la mayor parte de hechos observables. Sin embargo, ya desde sus comienzos, muchas personas estudiosas, en sus respectivos ámbitos, componían explicaciones complejas basadas en interrelaciones no lineales. Las principales características del pensamiento sistémico emergieron en diferentes disciplinas, y de forma simultánea, alrededor de 1920 pero no es hasta le época post segunda guerra mundial cuando esta forma de pensar alcanza la mayoría de edad y deviene paradigma sobre la basa, sobre todo, de la disciplina biológica. Creció allí donde el mecanicismo se había esforzado más en explicar de forma lineal lo que, a todas luces, era mucho más complicado. La biología empezó a poner de relieve que los organismos vivos son totalidades integradas. El principal exponente de la teoría de sistemas que empezaba a emerger fue el biólogo Ludwig von Bertalanffy. El enfoque holístico se vio enriquecido en el ámbito de la psicología por la corriente Gestalt y también por el avance de la ciencia ecológica en la propia biología.
El primer y más general criterio del pensamiento sistémico podría resumirse en la siguiente frase: La suma de las partes no es igual al todo. Los sistemas vivos son totalidades integradas cuyas propiedades no pueden ser reducidas a las de sus partes más pequeñas. Sus propiedades esenciales emergen de las relaciones organizadoras entre las partes, es decir, de la configuración de relaciones ordenadas que caracteriza aquella clase específica de organismos o sistemas. Las propiedades sistémicas quedan destruidas cuando el sistema se disecciona en elementos aislados. La siguiente característica del pensamiento sistémico es la distinción de niveles de análisis y complejidad dentro de un mismo sistema. Los organismos vivos están compuestos de células y, a veces, de tejidos y órganos. Estos seres vivos se interrelacionan con los individuos de su especie y con otros seres vivos, componiendo redes, e interactuando con el medio abiótico. Así se configuran los ecosistemas. La vida son sistemas dentro de sistemas.
En la tercera parte del libro se centra en los años 1950 y 1960, en los que el pensamiento sistémico fue aplicado en la reproducción del capital y en las ingenierías. Los conceptos cibernéticos que emanan de las interrelaciones dentro de una red (teoría de sistemas) se aplicaron a la resolución de problemas prácticas. Así se creo posteriormente internet; así pudieron crearse sistemas criptográficos más potentes; así se desarrolló la incipiente industria de la computación. Paralelamente, el concepto de auto-organización cobra fuerza para explicar la capacidad de los sistemas para autoperpetuarse. La visión de los sistemas vivos como redes auto organizadoras, cuyos componentes están interconectados y son interdependientes solo pudo ser modelizada con el desarrollo de la informática: con modelos de la interconectividad no-lineal propios de las redes complejas. El descubrimiento de estas nuevas matemáticas de la complejidad, está siendo cada vez más reconocido como uno de los acontecimientos más importantes de la ciencia del siglo XX. Hoy en día son esenciales para el funcionamiento de las conexiones eléctricas, para internet, redes sociales, etc. Serán esenciales para comprender la emergencia del comportamiento animal y para otros procesos que no se deducen de sus partes componentes.
Ya en la cuarta parte se habla de conceptos esenciales en la biología de sistemas: autopoiesis, estructura disipatica, proceso vital y cognición. ¿Qué es la autopoiesis o capacidad de autoreproducción de la vida? Para los pensadores sistémicos, Maturana y Varela, la autopoiesis se define como un patrón organizativo. Es decir, no importanta tanto el cómo se produce esa autoreproducción de la vida, sino que la vida es en sí autopoyética. Es una característica de la organización de los sistemas vivos.
¿Qué es una estructura disipativa? Prigogine, premio Nobel por desarrollar parte de la matemática y la física asociada a la teoría de sistemas, define este concepto como una especie de frontera entre gradientes. Esta frontera puede adoptar muchas formas, entre ellas, la forma de organismo vivo. La vida es eso que ocurre entre gradientes químicos y físicos. Nick Lane, en "La Cuestión vital" pone de manifiesto la importancia de estos gradientes en el propio surgimiento de la vida con su hipótesis. ¿Qué es la cognición? Para el autor es la capacidad de un sistema de recibir y tratar información, produciendo una respuesta, del tipo que sea. Por ejemplo, si un sistema químico basado en varios compuestos, recibe información del exterior (un aumento de la temperatura) y el sistema adapta su dinámica a este nuevo escenario, produciendo un nuevo patrón de coloración, estructura o de otra naturaleza, el sistema esta siendo cogsnoscente.
Estas características, a la vez, definirían lo vivo. La trama de la vida busca explicar la organización presente en los sistemas vivos, estableciendo vínculos entre comunidades ecológicas y humanas, buscando reconstruir y mantener comunidades sostenibles en las que podamos satisfacer nuestras necesidades y aspiraciones sin reducir las oportunidades de generaciones venideras, aprendiendo mucho de los ecosistemas que son verdaderas comunidades sostenibles de plantas, animales y microorganismos y para esto se deben conocer los principios básicos de la ecología, estos principios pueden ser la interdependencia, reciclaje, asociación, flexibilidad, diversidad y, como consecuencia de todos ellos, sostenibilidad.