Before the nightmare, Yeong-hye and her husband lived an ordinary life. But when splintering, blood-soaked images start haunting her thoughts, Yeong-hye decides to purge her mind and renounce eating meat. In a country where societal mores are strictly obeyed, Yeong-hye's decision to embrace a more “plant-like” existence is a shocking act of subversion. And as her passive rebellion manifests in ever more extreme and frightening forms, scandal, abuse, and estrangement begin to send Yeong-hye spiraling deep into the spaces of her fantasy. In a complete metamorphosis of both mind and body, her now dangerous endeavor will take Yeong-hye—impossibly, ecstatically, tragically—far from her once-known self altogether.
A disturbing, yet beautifully composed narrative told in three parts, The Vegetarian is an allegorical novel about modern day South Korea, but also a story of obsession, choice, and our faltering attempts to understand others, from one imprisoned body to another.
Un libro que no parece ser lo que se presenta. Tiene tres elementos bastante delimitados con respecto al ser humanos: un elemento superficial, otro más carnal y el último, más mental. A Freud le hubiese gustado.
Posiblemente de los libros que más me gustaron últimamente. Su lectura engancha, aunque resulta en ocasiones bastante duro. Leyéndolo pensaba que, aparte de los relatos que cuenta en cada una de las partes, tiene mucho de filosófico; y me recordaba a los existencialistas. En el prólogo, que recomiendo no leer antes de leer la novela, comparan a su autora y premio Nobel de literatura de 2024, con Kafka.
La primera parte nos habla de Yeong-hye, la vegetariana, a través de la mirada y el relato de su marido. El marido cuenta con toda naturalidad la opresión a la que está sometida su mujer a la que cosifica totalmente. Poco a poco vamos percibiendo esa cosificación y ese machismo que al final resulta insoportable. Al parecer, los críticos literarios coreanos, hombres de cierta edad y reconocimiento, hicieron durísimas críticas de la novela. Tal vez esta novela supuso para ellos un bofetón …
Posiblemente de los libros que más me gustaron últimamente. Su lectura engancha, aunque resulta en ocasiones bastante duro. Leyéndolo pensaba que, aparte de los relatos que cuenta en cada una de las partes, tiene mucho de filosófico; y me recordaba a los existencialistas. En el prólogo, que recomiendo no leer antes de leer la novela, comparan a su autora y premio Nobel de literatura de 2024, con Kafka.
La primera parte nos habla de Yeong-hye, la vegetariana, a través de la mirada y el relato de su marido. El marido cuenta con toda naturalidad la opresión a la que está sometida su mujer a la que cosifica totalmente. Poco a poco vamos percibiendo esa cosificación y ese machismo que al final resulta insoportable. Al parecer, los críticos literarios coreanos, hombres de cierta edad y reconocimiento, hicieron durísimas críticas de la novela. Tal vez esta novela supuso para ellos un bofetón como el que el padre de Yeong-hye le da a su hija por negarse a comer carne.
La segunda parte es un bello relato en el que se mezclan el arte y la sensualidad, y que supone un pequeño respiro en medio de la asfixia de los otros dos apartados.
El último capítulo habla de la locura y la cordura, y es para mí el más existencialista. Contrapone la locura de Yeong-hye con la cordura de su hermana.
No era para nada lo que esperaba, la verdad. «La vegetariana» nos lleva a la realidad actual de Corea del Sur, que nada tiene que ver con la idílica (o no tanto) vida de los artistas de K-Pop o los «idols». Es una vida mucho más cruda. Ser mujer ya es difícil en cualquier país, pero en Corea (y esta es la Corea buena) las mujeres viven con un machismo tan arraigado que directamente dejan de mostrar sus sentimientos.
Pero la protagonista de esta historia, Yeonghye, quiere cambiar esos moldes, de alguna manera, haciéndose vegetariana de un día para otro, por una causa por la que no nos hacemos vegetarianos los demás.
En la novela tenemos tres puntos de vista de la misma historia: primero la del marido, después la del cuñado y, por último, la de la hermana de Yeonghye. Vamos viendo, en sus voces, el cambio de vida …
No era para nada lo que esperaba, la verdad. «La vegetariana» nos lleva a la realidad actual de Corea del Sur, que nada tiene que ver con la idílica (o no tanto) vida de los artistas de K-Pop o los «idols». Es una vida mucho más cruda. Ser mujer ya es difícil en cualquier país, pero en Corea (y esta es la Corea buena) las mujeres viven con un machismo tan arraigado que directamente dejan de mostrar sus sentimientos.
Pero la protagonista de esta historia, Yeonghye, quiere cambiar esos moldes, de alguna manera, haciéndose vegetariana de un día para otro, por una causa por la que no nos hacemos vegetarianos los demás.
En la novela tenemos tres puntos de vista de la misma historia: primero la del marido, después la del cuñado y, por último, la de la hermana de Yeonghye. Vamos viendo, en sus voces, el cambio de vida que supone el vegetarianismo de Yeonghye, que afecta brutalmente también a la vida de las personas que la rodean.
Una narración visceral, muy cruda al mismo tiempo, que en tres partes de la misma historia nos ayuda a comprender cómo es la vida en Corea, cómo es su sociedad, cómo viven muchas mujeres. Para mí, la segunda parte, que cuenta la historia del cuñado de Yeonghye, me ha sorprendido muchísimo.
Han Kang ha ganado el Premio Nobel de Literatura. Esta novela tendrá algo que ver.