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Adrián Almazán: Técnica y tecnología (Paperback, español language, Taugenit) Sin valoración

Como escribe Jorge Riechmann en el prólogo del volumen, “este libro nos permite comprender, de …

Y hoy, ante la muerte de la sociedad industrial, seguimos cerrando los ojos. Al igual que el anciano temeroso que en la hora postrera se conforta el corazón pensando en su infinito reposo paradisíaco junto a Dios, nuestras sociedades fantasean con la conquista espacial, la Gran Singularidad, la mutación transhumana o la muerte de la muerte. Inmortalidad y poder, al fin y al cabo, ya sea bajo la forma de una extensión y eternización de la raza humana a través de la Galaxia, una vida eterna en bits y silicio, una mejora constante de nuestro cuerpo a través de sustancias químicas o prótesis biomecánicas o simplemente la inmortalidad biotecnológicamente asistida.

Todo apunta a que si nada cambia nuestra confianza sin fisuras en la tecnología, que algunos llaman tecno-optimismo pero que es más bien una tecnolatría, terminará siendo nuestra perdición. Mientras seamos incapaces de descender de las alturas a las que nos ha conducido el mito del progreso y no nos atrevamos a mirar a los ojos a nuestra situación real, seguiremos sin darnos cuenta de que lo que necesitamos son transformaciones éticas y políticas profundas, no más tecnologías. Y cuanto más alto nos lleve nuestra levitación mesiánica, más dura será nuestra caída.

Técnica y tecnología por  (Página 131)

respondió al estado de Señó Moshuelo

@SrMoshuelo gracias por tus comentarios, amigo, seremos nosotros los bichos raros, al igual que el autor (perfectamente documentado), pero te agradezco no sentirme solo, hablando al vacío.

Qué barato sale mirarse a través de los filtros embellecedores de las cámaras e ignorar los espejos que nos muestran nuestras sombras.

Cuántos libros he de leer, caminando sobre los hombros de gigantes que dedicaron horas de trabajo, estudio, documentación... Para que venga un jefecillo chusto a decir que la IA es como un cuchillo, y que lo mismo se puede usar para untar mantequilla que para matar.

Un poco hasta el coño de la ley de Brandolini.

respondió al estado de Ocaña

@ocana A mí me ayuda un poco renunciar a cambiar algo, al menos a gran escala. Me vale con no callarme, aunque me tilden de iluso, woke o raruno... casi ya no me duele, nada si viene de los que no me conocen, un poquito si es de los que dicen quererme.

Y sí, hasta el coño de la montaña de basura y de las cacatúas que repiten mantras idiotizantes.