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¿Un cómic de Los Picapiedra a estas alturas de la vida? Eso mismo pensé yo e ignoré este tomo durante meses cada vez que pasaba por mi librería de cabecera. El interés que me despertaba era nulo, me parecía una muestra más de esa combinación de aversión al riesgo y falta de ideas originales que lastran a la industria cultural en nuestros días y que nos condena a un refrito sin alma tras otro. Y no podía estar más equivocado. Russell aprovecha los mimbres de una franquicia conocida por todos para construir una miniserie impresionante en la que no deja títere con cabeza en nuestra sociedad actual. Aquí hay para todos: populismo, consumismo, medios de comunicación, maltrato animal, gentrificación… Un tebeo que dejé pasar de largo durante muchos meses y que una vez abierta su primera página no pude dejar de leer hasta terminarlo de una sentada. Eso sí, tiene un poso pesimista y triste que te va a dejar tocado. Afortunadamente también deja pequeños destellos de esperanza. Como la vida misma.

Recorrido por los alimentos ultraprocesados: qué son, por qué son diferentes de otro tipo de comidas, qué efectos tienen en nuestro organismo, la cadena de suministro, escrito por un médico y presentador de televisión británico.

A pesar de que me tenía por bien informado sobre el tema, he aprendido unas cuantas cosas: que los ultraprocesados son veneno ya lo sabía, pero que el aceite de girasol (el que se vende en España al menos) se obtiene mediante disolventes, nada de moler las semillas en plan bucólico; o la relación entre nuestros sentidos y el metabolismo que hace que nuestro cuerpo interprete el sabor dulce del edulcorante como que estamos ingiriendo mucha comida, soltemos insulina, baje el azúcar en sangre y nos entre un hambre atroz, entre muchas otras cosas.

Está razonablemente bien escrito y se hace ameno, aunque el truco narrativo de “viajé hasta X para hablar con Jim, granjero de vacas, que me contó tal cosa” está ya un poco visto y le sobran un par de sermones, pero es bastante digno para lo que viene a ser el nivel de los best-sellers de no ficción. Como última reflexión, considerémonos afortunados de no vivir en Anglosajonia.