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Este libro es bastante complejo. Entre una mirada dura y crítica a la modernidad, al sujeto moderno y a la poesía moderna. Todo está a punto de irse por el caño en este libro: la subjetividad de finales del s. XIX, tan de cerca de los cumplilmientos destructivos del XX.

@SrMoshuelo Jaja. Y es que en la novela Dorian quiere redimirse pero siempre bajo el aspecto de la máscara y en un acto de autoinsatisfacción extrema, se mata sin atender la correspondencia entre cuadro-imagen-sujeto (alma)...

Camus es. d e m o l e d o r. (especialmente, con Sade, en relación a las interpretaciones de los intelectuales de su época, denominándolo precursor de los genocidios ( en el s. XX) en su lógica de rebelde metafísico y negativo.

No hay redención, solo la muerte.

Este libro autobiográfico rebasa la forma de construir memoria. No solo es el lenguaje poético, sino la presentación fragmentaria de lo recordado. También: la escritura misma por delante. Hermoso libro.

La relectura de este libro me hizo notar que la categoría estética de «realismo» no es, simplemente, el rasgo estilístico de una descripción detallada de los ambientes, las cosas, lo material del mundo ficcional. También está la manera en que el narrador conduce al lector, a través del comentario, a hallar el mundo de la novela en la realidad (no al revés). La mordacidad del narrador es ejemplar.

Proceso de escritura de la memoria (la memoria se escribe, sin duda, no va siendo un acto de pensar los recuerdos, simplemente).

De lo mucho que se ha dicho sobre esta obra, falta la mirada renovada que no exalte la identificación entre destino y cristianismo. La noción de destino en la obra, vista desde el encadenamiento de sucesos y, sobre todo, del discurso, permite observar cómo la identificación mencionada existe al seno de los presupuestos patriarcales. Esto, que hoy no es tan obvio, incide en la lectura de la obra dejando ver que la tragedia es la obediencia a un conjunto de normas sistematizadas entendidas como destino...