Me ha parecido curioso, sobretodo, por la estructura que tienen los relatos. La mayoría (Menos en «Hambre de qué», que tanto en tono como en estructura me ha parecido distinto a todos los demás) empiezan despacio, te llevan de la mano por un camino hasta que te enganchan, y de repente suben la tensión hasta el máximo usando un suceso entre incómodo y desagradable. Y ahí paran en seco y se terminan, sin resolver, dejando la tensión al 100%. No sé si me acaba de gustar esa estructura, pero entiendo el punto.
Me ha encantado la forma de escribir de María Bastarós, crea unas metáforas increíbles y sabe cómo mantenerte en vilo.