Reseñas y comentarios

Saqué el libro de la biblioteca sin conocer siquiera al autor. Y tengo que admitir que, aunque me costó arrancar, al final la narrativa atropellada y musical de Osipov me ha dejado con ganas de más.

Se trata de una colección de relatos, casi todos con la caída de la URSS como telón de fondo, que siguen a personajes de distintos tipos en sus andanzas, casi todas impregnadas de cierta melancolía. El autor nos trata como a seres inteligentes y sugiere cosas que sólo en nuestra mente alcanzan categoría de revelación.

Quizás lo único que lamento es que me da la impresión de que me he perdido cosas, debido a la barrera cultural con Rusia. A veces no sabía cómo interpretar el costumbrismo de algunas escenas, ni delimitar claramente dónde comenzaba el sarcasmo del autor.

Siempre que he leído algún cómic de Mauro, me ha fascinado la forma en que describe lo cotidiano, lo desapercibido, como auténtica fuente de sabiduría.

En este librito, Mauro nos relata cómo las actitudes chulescas y vacías de valores se han ido apropiando de nuestro entorno, desde la política hasta el marketing.

Es sincero cuando dice que no aporta soluciones y admite que esto no es un ensayo formal. Él mismo confiesa ser tan sólo un humorista que ha intentado hilar una historia que, como sus cómics, nos haga reír primero y pensar después.

Soy uno de los que alucinaron en colores cuando me acerqué por primera vez a Watchmen o a la Cosa del Pantano. Pero con el tiempo el estilo excesivo y florido de Moore ha llegado a cansarme un poco.

El mayor indicador de esto es el tiempo que me ha costado acabar este libro. Es verdad que hay momentos geniales en algunos de los relatos, pero también que en ocasiones el empeño del autor por exhibir su abundante colección de metáforas hace que el ritmo sea un poco irregular.

Puede ser también que las recopilaciones de relatos de diferentes eṕocas a veces tengan este efecto, y la irregularidad acabe por matar la diversión.

O que yo no haya estado a la altura, que también es muy cierto.

Ya me veo como con la saga de Nacidos de la Bruma: enganchado como vagón a locomotora, sin poder parar de leer, y con ganas de empezar el siguiente de la saga.

He de reconocer que Sanderson crea unas tramas muy buenas, y las desarrolla de forma magnífica. No le pongo cinco estrellas, porque esas las suelo reservar para cosas que me cambian la vida.

Al principio, me costó un poco entrar, pero eso está bien. El autor no te lo quiere poner fácil, quiere que descubras poco a poco las interrelaciones entre los personajes y las localizaciones. Creo que ahí es donde brilla Sanderson. Es un gran constructor de mundos (universos, más bien), y luego sólo tiene que dejar pasar el tiempo con una narrativa muy eficaz para que las piezas vayan encajando en su sitio.