C. Pimentel valoró Contar es escuchar: 4 estrellas
Contar es escuchar por Ursula K. Le Guin
Ursula K. Leguin reúne en este libro sus textos de no ficción, en un diálogo con el lector sobre asuntos …
Geólogo | Investigador | Lector empedernido | Autor de Pequeña guía de minerales inexistentes (vol. I y II)
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¡58% terminado! C. Pimentel ha leído 7 de 12 libros.
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Si te gusta el solarpunk en español, échale un ojo a la recopilación de relatos "Ecotopias"
Organizado por El Salto y Ecologistas en Acción:
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We see notebooks everywhere we go. But where did this simple invention come from? How did they revolutionise our lives, …
El curso de escritura creativa que Brandon Sanderson lleva casi dos décadas impartiendo en la universidad, por primera vez en …
@obijuan No sé a quién se lo he visto por aquí, pero pensé exactamente lo mismo. Esa frase inicial... No puede defraudar.
«Todo día es bueno para matar nazis, como digo siempre».
Italia, 1944. El partisano Veleno solo piensa en matar a …
Breve recordatorio de que #IBERLIBRO (muy conocida plataforma de venta de libros de segunda mano) pertenece a Amazon.
Para libros descatalogados (y también algunas novedades) la alternativa es #UNILIBER, que pertenece a la Asociación Profesional del Libro y Coleccionismo Antiguos, con sede en Murcia (España)
Llevaba tiempo queriéndome acercar al universo de Zero. Me ha gustado mucho su personalísimo estilo de autoficción en la que él mismo es la excusa para hablar de miedos, ansiedades, el proceso de madurar y la evolución de las amistades cuando vamos creciendo. El humor es a ratos muy fino y a ratos muy bestia y siempre con una mirada muy crítica y poco complaciente hacia él mismo, convertido en antihéroe y, a menudo, caricaturizado. Sin duda, andaré a la caza del resto de su obra porque me he quedado con ganas de más.
Ya en el prólogo te dicen que esto parece una parodia de Star Trek, y que siéndolo, también es otra cosa. Y así es.
En mi segunda novela de este autor he vuelto a disfrutar de ciencia ficción mezclada con comedia. Los diálogos son otra vez rápidos y llenos de humor sin descanso, pero la historia evoluciona hacia algo más interesante que una Space Soap Opera al uso.
No quiero meter spoilers pero esta cosa de acabar la historia y tener todavía un buen tramo por leer en este caso funciona muy bien y los últimos tres capítulos no son relleno y realmente cierran la historia de manera genial.
El subtítulo de este libro marca la línea a desarrollar. Empecemos por el concepto de utilidad y valor monetario. Hagamos frente a todas esas actividades, más allá del imprescindible trabajo, que pueden resultar útiles. "¿Útiles para qué?" --se pregunta Chuang Tsé--, la estrechez de una palabra en el mundo actual y sus sinónimos: éxito, productividad, en la lógica capitalista. Más bien vivimos abrumados y abducidos por todo lo contrario: "hoy estamos anegados de palabras inútiles, en cantidades ingentes de palabras e imágenes. La estupidez nunca es muda ni ciega" (Gilles Deleuze), y era 1985 cuando lo escribió... Si tenemos que "salirnos de la máquina", Jenny Odell no propone exiliarnos en medio del campo, sino usar los espacios públicos como jardines o bibliotecas, lugares no comerciales donde no se exige nada para acceder a ellos, y donde se puede hacer cualquier cosa. Las redes sociales nos roban el tiempo y nuestra …
El subtítulo de este libro marca la línea a desarrollar. Empecemos por el concepto de utilidad y valor monetario. Hagamos frente a todas esas actividades, más allá del imprescindible trabajo, que pueden resultar útiles. "¿Útiles para qué?" --se pregunta Chuang Tsé--, la estrechez de una palabra en el mundo actual y sus sinónimos: éxito, productividad, en la lógica capitalista. Más bien vivimos abrumados y abducidos por todo lo contrario: "hoy estamos anegados de palabras inútiles, en cantidades ingentes de palabras e imágenes. La estupidez nunca es muda ni ciega" (Gilles Deleuze), y era 1985 cuando lo escribió... Si tenemos que "salirnos de la máquina", Jenny Odell no propone exiliarnos en medio del campo, sino usar los espacios públicos como jardines o bibliotecas, lugares no comerciales donde no se exige nada para acceder a ellos, y donde se puede hacer cualquier cosa. Las redes sociales nos roban el tiempo y nuestra atención. Ese es el objetivo de las grandes plataformas, su modelo de negocio de donde obtienen ingentes beneficios millonarios. Nos quieren ahí, cacareando y empleando nuestro tiempo en lo banal. No se trata de vigilar la discrepancia e imponernos el silencio. Bien al contrario "se fundamenta en la proliferación del parloteo, en la irrelevancia de la opinión y del discurso, y en hacer que el pensamiento, la discrepancia y la crítica resulten banales y ridículos" (dice Franco Berardi "Bifo"). Este ataque desde internet a la inteligencia humana (al menos tal y como hasta ahora la habíamos conocido) no se puede combatir, como muchos pretenden, buscando la "verdad", porque lo que está en cuestión no es eso, sino la realidad. De modo que por lo que tenemos que movernos es por ampliar la parte de lo real. La imposibilidad de retirarse. Epicuro preconizaba alejarse de las riquezas, del éxito y de los honores, y del respeto de las multitudes, si lo que se busca es poner fin a las tribulaciones del alma. Pero eso no puede impulsarnos a apartarnos del bullicio del mundo, como ocurrió con las comunas de los años 60 y 70 del pasado siglo, en un intento de crear "otro mundo" saliéndonos del que existe. Eso, ni es conveniente ni conduce a ningún sitio buscado. Frente al retiro o al exilio, Odell propugna el distanciamiento y la participación. Mirar las cosas con perspectiva e implicarse para cambiar el mundo real. Contra la economía de la atención pareciera escrito el texto de Unamuno "De esto y aquello", donde afirma: "no sé hablar si no veo unos ojos que me miran y no siento detrás de ellos un espíritu que me atiende".
Hacía tiempo que no leía algo divertido de verdad. KPS es una novela muy entretenida, como ver una película, donde el humor es constante y las referencias a cultura pop abundantes. Se lee rápido y se agradece que sea una historia cerrada, aunque creo que no me importaría volver a este universo de científicos que se matan por cuidar con mimo de monstruos como edificios.
Voy a seguir leyendo alguna novela más de Scalzi antes de pasar a otra cosa.
@ruisan@masto.es @jorgesanz Camisetas rojas (creo que se llama) es una novela única también que es una parodia de Star Trek. A mi Scalzi siempre me arranca alguna carcajada. Todas sus novelas me han parecido estupendas.