Blanca G. L. empezó a leer Frágil de Ana Flecha Marco

Frágil por Ana Flecha Marco, Belinda McKeon
A finales de los noventa, Catherine, una tímida estudiante universitaria, conoce a James, un joven y carismático fotógrafo. En Dublín, …
investigando sobre arte sonoro y prácticas de escucha feministas / activismo de lo bi
En busca de una recuperación de lo lúdico en la lectura. Me interesan sobre todo la poesía y la narrativa contemporáneas.
Este enlace se abre en una ventana emergente
A finales de los noventa, Catherine, una tímida estudiante universitaria, conoce a James, un joven y carismático fotógrafo. En Dublín, …
Acabo este libro en un momento de auge de la iniciativa VámonosJuntas. Al compartir alguna información al respecto en mis redes, he visto a muches amigues interesades en lo que, desde las plataformas mainstream, se siente un mundo. La viralidad del mal me parece un libro fantástico para pasarse entre esas personas; un libro para compartir y comentar y encontrar hilos que explican las cosas de las que hasta hace un rato no sabíamos nada. Agradecida por esta lectura y por los espacios de conocimiento que me son nuevos!!
Iba en el metro leyendo el último capítulo, se me enganchó la atención y me pasé tres paradas. Tiene un lenguaje propio este libro: un acento, su paisaje, los restos de lo que fue un lugar superpuestos al presente de ese lugar. Me quedé en la fiesta de Facendera, que cuenta cómo las narraciones pueden hacer un amarre y son instrumentos poderosísimos para la construcción de la identidad comunitaria. Me gustó y ahora estoy cogiendo el metro en el otro sentido.
Un libro bellísimo. Lo leí una tarde en la que estuve preguntándome cómo me vería mi yo adolescente ahora. Sobre la mirada tierna que les otres depositan en nosotres y lo que el paso del tiempo hace en nuestras palabras, dibujos, formas de ver el mundo y memorias.
Fue el primer libro que leí en 2024 y también el primero que he leído este año. ro gotelé dice «nosotras vemos a través [de la burbuja]», y me gusta esa imagen para sustituir la idea de que los cuerpos disidentes se encuentren entre sí en el aislamiento de la norma. ro gotelé describe la vida durante la cuarentena como un tiempo de fricción entre lo que quisimos y lo que se pudo. Me emocionó leerlo con mis amigues del activismo y adoptamos la palabra «medusar» para hablar de acicalarnos, pero también de comunicarnos para cuidar, en lugar de la terrible palabra «gestionar» que remite a lo económico, a lo desagradable.