Blanca G. L. empezó a leer La pasión de los extraños de Marina Garcés

La pasión de los extraños por Marina Garcés
La amistad es algo tan bueno que nadie querría vivir una vida sin amigos, decían los clásicos. De esta afirmación …
investigando sobre arte sonoro y prácticas de escucha feministas / activismo de lo bi
En busca de una recuperación de lo lúdico en la lectura. Me interesan sobre todo la poesía y la narrativa contemporáneas.
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La amistad es algo tan bueno que nadie querría vivir una vida sin amigos, decían los clásicos. De esta afirmación …
Hace poco estuve muy enfadada porque, en algunos círculos académicos, siento que se hace gala de una supuesta interseccionalidad que queda enunciada casi a modo de disculpa, pero que después brilla por su ausencia. Me parece que dista mucho de lo que se propone en los activismos de calle, y que borra el trabajo de pedagogía que se hace desde los feminismos antirracistas y por les compañeres que militan en espacios como los sindicatos de vivienda o el movimiento queer. Este libro es una buena primera aproximación al feminismo descolonial y viene a confrontar esos discursos de la igualdad que ponen en el centro del movimiento a las mujeres cisheterosexuales, blancas, capacitadas y de clase media. Ojalá se leyese más: "Cuando los derechos de las mujeres se reducen a la defensa de la libertad —ser libre para, tener derecho de...— sin poner en tela de juicio el contenido de esa …
Hace poco estuve muy enfadada porque, en algunos círculos académicos, siento que se hace gala de una supuesta interseccionalidad que queda enunciada casi a modo de disculpa, pero que después brilla por su ausencia. Me parece que dista mucho de lo que se propone en los activismos de calle, y que borra el trabajo de pedagogía que se hace desde los feminismos antirracistas y por les compañeres que militan en espacios como los sindicatos de vivienda o el movimiento queer. Este libro es una buena primera aproximación al feminismo descolonial y viene a confrontar esos discursos de la igualdad que ponen en el centro del movimiento a las mujeres cisheterosexuales, blancas, capacitadas y de clase media. Ojalá se leyese más: "Cuando los derechos de las mujeres se reducen a la defensa de la libertad —ser libre para, tener derecho de...— sin poner en tela de juicio el contenido de esa libertad, sin cuestionar la genealogía de dicha noción en la modernidad europea, parece legítimo preguntarse si todos esos derechos no habrán sido otorgados a unas mujeres a costa de la libertad de otras".
Un recorrido histórico por el activismo bisexual en el contexto español que me hace ilusión porque incluye la actividad de colectivos recientes que permanecen activos y forman parte del tejido de la ciudad de Madrid. Sale de un trabajo académico y se nota el esfuerzo por concretar las cuestiones teóricas, pero el estudio del discurso en base a los artículos encontrados en tres medios escritos se me queda corto. Me habría interesado más que ahondara en la relación entre la bisexualidad y las teorías queer, y en una propuesta que esboza pero no acaba de desarrollar en torno a la biciosa como figura. Aún así, necesario para continuar recopilando los trabajos sobre lo bi, que son muchos más de los que se conocen, en parte debido a que hay poca literatura traducida al español.
Me hizo pensar en mis propias vueltas al origen, en la fricción entre la vida que queremos construir y las expectativas que se vierten sobre nosotres. En cómo dialogamos con la decepción, con sabernos fallando y con el deseo de hacerlo mejor, si es que hay posibilidad de enmienda. Está tan bien descritas, la culpa, la ternura y la resignación. Me encantó una imagen: una familia particular, todas alrededor de la mesa, después de todo. El protagonista tiene una revelación: "todos los que están en esta mesa me quieren". Saber eso, alguna vez. Y al mismo tiempo, me hago una pregunta: ¿tiene eso que suceder siempre en el seno de una familia? ¿Quién nos cuida si no es la familia, tenemos realmente una alternativa en las ciudades hostiles que habitamos? Porque reconocí muchas emociones en este libro pero me decepcionó su resignación a la institución-familia, como si todo el camino …
Me hizo pensar en mis propias vueltas al origen, en la fricción entre la vida que queremos construir y las expectativas que se vierten sobre nosotres. En cómo dialogamos con la decepción, con sabernos fallando y con el deseo de hacerlo mejor, si es que hay posibilidad de enmienda. Está tan bien descritas, la culpa, la ternura y la resignación. Me encantó una imagen: una familia particular, todas alrededor de la mesa, después de todo. El protagonista tiene una revelación: "todos los que están en esta mesa me quieren". Saber eso, alguna vez. Y al mismo tiempo, me hago una pregunta: ¿tiene eso que suceder siempre en el seno de una familia? ¿Quién nos cuida si no es la familia, tenemos realmente una alternativa en las ciudades hostiles que habitamos? Porque reconocí muchas emociones en este libro pero me decepcionó su resignación a la institución-familia, como si todo el camino de búsqueda anterior del protagonista fuera un error, un rodeo antes de lo inevitable. Es un libro sin ningún potencial transformador y con una mitada situada y particular (la de un hombre que por primera vez mira a su madre), aunque quizá el solo hecho de iluminar ciertas partes de la realidad ya responde a una voluntad política.
Después de desarrollar el concepto de resonancia, aquí Rosa indaga en la cualidad constitutiva de este fenómeno: la indisponibilidad. Aunque toda esta teoría responde al diagnóstico de la aceleración social que ya había hecho el autor, me interesa la forma en que se puede extrapolar a otros ámbitos. Es como una caja de herramientas y palabras para entender el mundo y cómo nos relacionamos en él. Muy bello.
Hay un momento en el que algo ocurre y nos afecta y nos hace pensar con el convencimiento de que alguna cosa podría transformarse alrededor. Creo que leo, escucho, miro... en busca de ese momento que ha sucedido leyendo la conversación entre Abu Hamdan y Eyal Weizman.
Hartmut Rosa nos invita a contemplar nuevamente el lado indisponible del mundo, condición para que podamos vivir en resonancia con …
Algunos capítulos me interesaron o me parecieron muy bellos y otros nada. Pero disfruté especialmente el escrito por Aida González Rossi, que dice: «Igual no escribo una y otra vez exactamente sobre lo que viví en la adolescencia, quizá intento comprender esa especie de utopía, esa especie de forma de amar y de vivir y su mejor encaje conmigo, que empezó a gestarse en mí entonces, a los quince. Igual las terceras cosas tienen que ver con imaginar», precioso.
En Querida amiga, desde mi vida te escribo a tu vida Yiyun Li entrelaza memorias y relatos personales con un …
He odiado muchas de las cosas que ocurrían en esta historia que, creo, refleja muy bien la forma en que la norma se cuela incluso en los lugares que creemos seguros. Leer la homofobia interiorizada de varios personajes al mismo tiempo que la insistencia en poseer, en cambiar, en redirigir... me ha resultado doloroso, y supongo que por eso es un buen reflejo de vidas que tienen lugar. También me interesó la idea de que el arte se queda diminuto frente a la vida, que creo que es algo que se tiende a plasmar de otra manera (mucho más romantizada) en otras novelas.
Detrás de la lista infinita de nombres y obras, casi todas del ámbito estadounidense, que hay en este libro, está la cuestión que más me interesaba: el deseo de establecer una definición de lo que es el arte sonoro, por sí mismo y en contraposición a otros términos como el de música experimental. Llevo semanas peleándome con los textos para llegar a una definición consciente de esto, porque estoy convencida de que, incluso cuando no pretendemos acotar determinadas categorías, los trabajos de archivo acaban comunicando un discurso sobre ellas. En ello sigo...