@nacho Cada vez que veo uno de estos cómics del año tres de los que vendían en cuadernillos de grapas de religiosas treinta y dos páginas, me retrotraigo irremediable y emocionalmente a mi infancia. Cuando todavía era peque, mi padre cambió la tienda de ultramarinos por una librería-papelería. En un pueblo, y con el dinero de inversión que podía hacer mi padre, no iba a traer a Astérix y Obélix ni ninguna otra serie BDs. Tocaban tebeos made in Spain, tipo Mortadelo y Filemón, Zipi y Zape, Rompetechos... o de El Jabato, El capitán Trueno o El Cachorro; y los yanquis de superhéroes, claro. Creo que me aprendí de memoria todos los cómics de El Hombre Araña y La Masa, aunque también cayeron varios de El Hombre de Hierro y la Patrulla X. Así se llamaban entonces, traducidos de pe a pa al castellano.
No hablo de Conan y de Cimoc y sus portadas, porque entonces estaba en la efervescencia hormonal de los 13-14 años (de entonces), y todavía se me suben los colores al recordarlo.
En fin, gracias por hacerme regresar a mis recuerdos, de esos felices que nunca se pasan del todo.