Sé más de 🐈 que de 📚 pero nadie me contrata para hablar de gatos. Escritura estratégica ✍🏻 Reseñas y entrevistas en relatosenconstruccion.com
(Imagen de perfil de Laura Pérez)
El primer libro de relatos de Alasdair Gray es una magistral colección que, junto a …
Un autor polémico que siempre merece la pena leer
4 estrellas
En Historias inverosímiles, en general, de Alasdair Gray, vais a encontrar niños que comen estrellas para proteger la belleza del universo, hombres que se reproducen por mitosis y luego se enzarzan en diatribas legales para reclamar cuál de los dos tiene derechos sobre propiedades o esposas; el sol, una mujer celosa de la atención que se presta a la luna y no a ella, enfadada por el poco agradecimiento de quienes reciben sus rayos todos los días del año; unos estudiantes universitarios que excavan un túnel en la facultad para poder huir sin perder su beca y descubren que mucho tiempo atrás alguien tuvo la misma idea y ahora una civilización entera vive bajo sus pies… Entre los relatos, hay algunos que son más destacables bien por su organización, más amena e incisiva o porque dejan muy a las claras las opiniones políticas, sociales y económicas de un Gray que …
En Historias inverosímiles, en general, de Alasdair Gray, vais a encontrar niños que comen estrellas para proteger la belleza del universo, hombres que se reproducen por mitosis y luego se enzarzan en diatribas legales para reclamar cuál de los dos tiene derechos sobre propiedades o esposas; el sol, una mujer celosa de la atención que se presta a la luna y no a ella, enfadada por el poco agradecimiento de quienes reciben sus rayos todos los días del año; unos estudiantes universitarios que excavan un túnel en la facultad para poder huir sin perder su beca y descubren que mucho tiempo atrás alguien tuvo la misma idea y ahora una civilización entera vive bajo sus pies…
Entre los relatos, hay algunos que son más destacables bien por su organización, más amena e incisiva o porque dejan muy a las claras las opiniones políticas, sociales y económicas de un Gray que puede llegar a estar desatado, que juega con las estructuras pero también con la composición de los textos, las tipografías… Gray, como sucedía en Pobres Criaturas, puede recurrir a la literatura clásica para buscar inspiración pero también a fuentes como el cómic que le aporten los recursos necesarios para contar lo que le interesa, generando textos sorprendentes pero de gran belleza.
Cada tema se trata con un nivel de absurdidad, de sátira e incluso de ridículo que hacen de Historias inverosímiles, en general, un libro de difícil clasificación pero donde Alasdair Gray rezuma por cada poro del papel. El autor, que se autodefinía como un “gordo, gafotas, alopécico y cada vez más viejo peatón de Glasgow”, es también un sátira de sí mismo en sus textos, un perspicaz analista de la actualidad que escapa de la crítica a través de lo fantástico. El resultado es un libro inclasificable, de esos que dejan en el lector la sensación de que la imaginación, en manos libres y visionarias, es una forma de resistencia.
¡EL CÓMIC QUE LES DEVUELVE A LAS MUJERES ARTISTAS UN ESPACIO PROTAGONISTA EN LA HISTORIA …
cuestionar los libros de historia del arte con ojo crítico
3 estrellas
Si bien es cierto que en los últimos años las obras sobre la historias de las artistas femeninas, las exposiciones dedicadas a sus obras y su visibilidad en general han aumentado, también es verdad lo que afirmaba el movimiento de las Guerrilla Girls: menos del 5% de los artistas representados en los museos modernos son mujeres, pero el 85% de los desnudos que aparecen en esos mismos museos sí son de mujeres. Reivindicación que terminaban con su famosa frase “¿Tienen las mujeres que estar desnudas para acceder al MET?” Agustin y Colaone recogen este testigo en Historia del arte en femenino y, con el apoyo de la Asociación AWARE, revisitan esta historia en clave feminista y ponen el foco en muchas artistas que, a pesar del renombre que tuvieron en su momento, fueron relegadas de los libros y condenadas a un cierto olvido que ahora mismo se intenta corregir. El …
Si bien es cierto que en los últimos años las obras sobre la historias de las artistas femeninas, las exposiciones dedicadas a sus obras y su visibilidad en general han aumentado, también es verdad lo que afirmaba el movimiento de las Guerrilla Girls: menos del 5% de los artistas representados en los museos modernos son mujeres, pero el 85% de los desnudos que aparecen en esos mismos museos sí son de mujeres. Reivindicación que terminaban con su famosa frase “¿Tienen las mujeres que estar desnudas para acceder al MET?”
Agustin y Colaone recogen este testigo en Historia del arte en femenino y, con el apoyo de la Asociación AWARE, revisitan esta historia en clave feminista y ponen el foco en muchas artistas que, a pesar del renombre que tuvieron en su momento, fueron relegadas de los libros y condenadas a un cierto olvido que ahora mismo se intenta corregir.
El cómic parte de dos adolescentes, Ben y Jo, que van a un museo ficticio, llamado “La Galería del Tiempo”, a buscar obras de artistas mujeres sin demasiado éxito. Allí se les presentan los espíritus de los dioses griegos Artemisa y Apolo que les acompañarán por un viaje en el tiempo y en las artes en busca de esas mujeres, pintoras, pero también fotógrafas, escultoras, artistas dedicadas al collage o incluso a la performance.
El cómic es didáctico pero se puede abarcar a muchos niveles y para diferentes públicos, y es una obra muy bienvenida que contribuye a desenterrar voces, a cuestionar narrativas dominantes, a mirar los museos y los libros de historia del arte con ojo crítico
En un momento en que la cultura audiovisual está más presente que nunca gracias a …
Un amago de DFW en la era de las redes sociales
2 estrellas
Mientras leía el recién publicado en Debate ensayo E Unibus Pluram que es, aunque igual que el original, un título puesto un poco a propósito para no recordarlo, no podía dejar de pensar “¿Y si David Foster Wallace hubiera llegado a vivir la era de Instagram, del Internet más allá de lo que él llegó a conocer, del selfie y el postureo como máxima en redes, de la proyección de imágenes perfectas pero irreales?” Volver a David Foster Wallace es recordarme que leer sus textos me supone más esfuerzo que leer a otros autores, pero que ese esfuerzo tiene siempre una recompensa a nivel personal. Puede que E Unibus Pluram no me haya entusiasmado tanto como otros de sus libros, pero su escritura tiene algo de hogareño para mi que compensa un aspecto con el otro. Algunos de los temas en los que se involucra, siempre asociados a la narrativa …
Mientras leía el recién publicado en Debate ensayo E Unibus Pluram que es, aunque igual que el original, un título puesto un poco a propósito para no recordarlo, no podía dejar de pensar “¿Y si David Foster Wallace hubiera llegado a vivir la era de Instagram, del Internet más allá de lo que él llegó a conocer, del selfie y el postureo como máxima en redes, de la proyección de imágenes perfectas pero irreales?”
Volver a David Foster Wallace es recordarme que leer sus textos me supone más esfuerzo que leer a otros autores, pero que ese esfuerzo tiene siempre una recompensa a nivel personal. Puede que E Unibus Pluram no me haya entusiasmado tanto como otros de sus libros, pero su escritura tiene algo de hogareño para mi que compensa un aspecto con el otro.
Algunos de los temas en los que se involucra, siempre asociados a la narrativa televisiva, son las adicciones de los estadounidenses causadas por su soledad e insatisfacción con la vida; el consumismo como una actividad improductiva; el individualismo como la encarnación del egoísmo y la falta de voluntad para buscar el bienestar comunitario. También entra Wallace a fondo en la ironía del posmodernismo: los escritores basan sus narrativas en la realidad que nos presenta la television, porque la entienden como “lo auténtico” sin detectar que la tele nos muestra no lo que somos, sino lo que creemos que somos.
E Unibus pluram es un ensayo que va un paso más allá de su sapiencia habitual y que por momentos cae en el ensayo académicista, perdiendo parte de su encanto habitual. No es una obra mayor en su bibliografía pero los estudiosos de los medios encontraran demasiados indicios en sus vaticinios como para ignorar su ensayo.
Y es Foster Wallace. Es que yo tampoco le pido tanto a la vida.
...O cómo una chica negra de Belice se convirtió en la compositora clásica más importante …
Un diario de rebeldía, creatividad y música
4 estrellas
“Busco algo. Como un detective privado o un explorador imprudentemente curioso, cuando me agacho para atar un cordón del zapato me percato del más ligero aroma, una brizna ondulando en el aire, un trino atrapado en la brisa. Estoy buscando algo que no he visto ni olido antes. Pero ¿cómo sabré, en la miríada de posibilidades de sonidos y combinaciones de sonido, que lo he encontrado? ¿Y, ante todo, por qué lo busco?” Errollyn Wallen tiene una obsesión por alejar la música clásica del estereotipo, como ella misma dice, “del hombre blanco con peluca rizada”. Sus composiciones mezclan géneros –tiene una pieza inspirada por el sonido del metro de Nueva York—, ha llegado a tocar piezas en grupos pop y siente que esa mezcla le funciona en su proceso compositivo. Además, en contraposición de ese estereotipo no solo ha ejercido una enorme influencia como mujer en el mundo de la …
“Busco algo. Como un detective privado o un explorador imprudentemente curioso, cuando me agacho para atar un cordón del zapato me percato del más ligero aroma, una brizna ondulando en el aire, un trino atrapado en la brisa. Estoy buscando algo que no he visto ni olido antes. Pero ¿cómo sabré, en la miríada de posibilidades de sonidos y combinaciones de sonido, que lo he encontrado? ¿Y, ante todo, por qué lo busco?”
Errollyn Wallen tiene una obsesión por alejar la música clásica del estereotipo, como ella misma dice, “del hombre blanco con peluca rizada”. Sus composiciones mezclan géneros –tiene una pieza inspirada por el sonido del metro de Nueva York—, ha llegado a tocar piezas en grupos pop y siente que esa mezcla le funciona en su proceso compositivo. Además, en contraposición de ese estereotipo no solo ha ejercido una enorme influencia como mujer en el mundo de la composición, sino que también lo ha hecho por su raza.
Cómo llegué a ser compositora no es una autobiografía al uso. frente a la monotonía de sentarnos a leer fecha tras fecha, Errollyn nos ofrece algo mucho más interesante: un compendio que entremezcla lo autobiográfico con su particular visión de la composición.
no es un manual ni un cuaderno de ejercicios sino que, por suerte para quienes no disponemos de formación musical alguna, está más centrada en dos ámbitos: el de la creatividad y el de la dedicación. ¿Dónde encuentra Wallen las ideas? ¿Cómo se cultiva la creatividad? La forma tan maravillosa en la que se entrevé en sus páginas que crear tiene que ver con la dedicación, sí, pero también con prestar atención, con dejarse llevar por los sentidos, nos enamora y nos incita a pensar que, cada uno en nuestras respectivas áreas, podemos ser igual de creativos, de creadores sin parangón.
Tres generaciones de mujeres se reúnen en este cómic autobiográfico de Tessa Hulls: su abuela …
Un gran fondo con una forma más que mejorable
2 estrellas
La elección de hacer un cómic, y más un cómic de la envergadura de Alimentar a los fantasmas, el segundo en la historia en ganar un Pulitzer tras Maus es cuanto menos curiosa. Según afirma Tessa Hulls, tuvo que aprender narrativa gráfica, técnicas vinculadas al cómic, cómo trasladar su visión de la historia en forma de paneles, equilibrar, no siempre con la suerte debida, la palabra y la imagen… pero Hulls entendía que solo ese formato podría servirle para combinar una historia que une lo personal, lo generacional y lo histórico para enfrentarse a un titán como este. Todo esto, ¿para contar qué? La historia de tres generaciones de mujeres. La historia de su abuela, que en 1957 escapó de Shanghai con su hija y acabó en Hong Kong, donde escribió unas memorias periodísticas sobre la persecución del régimen de Mao tras la victoria comunista en China ante de sufrir …
La elección de hacer un cómic, y más un cómic de la envergadura de Alimentar a los fantasmas, el segundo en la historia en ganar un Pulitzer tras Maus es cuanto menos curiosa. Según afirma Tessa Hulls, tuvo que aprender narrativa gráfica, técnicas vinculadas al cómic, cómo trasladar su visión de la historia en forma de paneles, equilibrar, no siempre con la suerte debida, la palabra y la imagen… pero Hulls entendía que solo ese formato podría servirle para combinar una historia que une lo personal, lo generacional y lo histórico para enfrentarse a un titán como este.
Todo esto, ¿para contar qué? La historia de tres generaciones de mujeres. La historia de su abuela, que en 1957 escapó de Shanghai con su hija y acabó en Hong Kong, donde escribió unas memorias periodísticas sobre la persecución del régimen de Mao tras la victoria comunista en China ante de sufrir una crisis nerviosa que afectó para siempre su salud mental y la convirtió en alguien necesitado de constantes cuidados. Su madre, Rose, fue quien asumió ese rol y ejerció una crianza que Tessa era incapaz de asumir: durante toda su vida madre e hija han hablado lenguas distintas, real y emocionalmente, lenguas que oprimen y expresan de diferentes formas los traumas familiares, el dolor y las relaciones entre ellas.
Posiblemente uno de los temas más interesantes del cómic sea la forma en que los traumas superan a quien los vive y se adentran, enraizan en las siguientes generaciones, creando una suerte de trauma colectivo que encuentra diferentes vías de escape.
Pero también hay algunos aspectos negativos de la obra fruto de la inexperiencia clarísima de la autora con el lenguaje del comic.
De Australia el común de los mortales tenemos dos referencias. Por una parte la invasión de los conejos en 1859 por culpa de Thomas Austinñ Por otra, el reality australiano Bondi Vet donde gracias al doctor Chris Brown descubrimos que una garrapata australiana puede acabar con la vida de un perro en pocas horas.
A pesar de lo que podamos deducir de la lectura de El koala asesino, en realidad a Cook sí le gustaban algunos animales. Lepidóptero aficionado, montó la primera granja de mariposas de Australia. Pero con el resto parece que tenía muy mala suerte. Apenas un año antes de fallecer, enfermo y deprimido —su granja de mariposas quebró, como también lo hizo un proyecto cinematográfico en el que invirtio y que le llevó a la ruina—, publicó este libro, la primera obra de la trilogía de historias humorísticas situadas en la Australia profunda y que continuaría …
De Australia el común de los mortales tenemos dos referencias. Por una parte la invasión de los conejos en 1859 por culpa de Thomas Austinñ Por otra, el reality australiano Bondi Vet donde gracias al doctor Chris Brown descubrimos que una garrapata australiana puede acabar con la vida de un perro en pocas horas.
A pesar de lo que podamos deducir de la lectura de El koala asesino, en realidad a Cook sí le gustaban algunos animales. Lepidóptero aficionado, montó la primera granja de mariposas de Australia. Pero con el resto parece que tenía muy mala suerte. Apenas un año antes de fallecer, enfermo y deprimido —su granja de mariposas quebró, como también lo hizo un proyecto cinematográfico en el que invirtio y que le llevó a la ruina—, publicó este libro, la primera obra de la trilogía de historias humorísticas situadas en la Australia profunda y que continuaría con El canguro alcohólico y El lagarto astronauta.
Cook reivindica que las historias le sucedieron realmente, pero que eran tan inverosímiles, tan extrañas e improbables, que no se había atrevido a ponerlas antes por escrito por miedo a no ser creído. Esta falta de definición entre qué es real y qué no es parte de su encanto y, al mismo tiempo, fuente de algunas críticas hacia su trilogía. Pero es agradable dejarse llevar por la sensación de que podría haber ocurrido de esa forma aunque, quizás, lo que ocurrió fue un poco más leve. A fin de cuentas, quién no ha jugado nunca a tratar de impresionar a una audiencia añadiéndole un poco de sal extra a una narración. Y de eso, de contar sus historias como si estuviera compartiéndolas alrededor de una fogata, Cook sabe mucho, sin duda. Nos queda la sensación a veces de que repite la misma historia una y otra vez alterando elementos para que suene a novedad, pero dando a cada relato su espacio, las carcajadas están aseguradas.
Paul Valéry se levantaba cada mañana entre las cinco y las seis, encendía un cigarrillo …
Un caramelito de libro, gozoso y ameno
4 estrellas
Cuadernística no es ensayo, ni es es ficción, ni es un ejercicio de memoria, ni un listado bibliográfico, aunque bien puede englobar todas estas cosas, salpicado además de algún aforismo y algún relato breve. Es una delicia, ese pequeño caramelo que encuentras llegado el otoño en el bolsillo de ese abrigo que llevas seis meses sin sacar del armario. Siempre y cuando el caramelo no se haya derretido y conserve su carisma y sabor intactos. Por razones que se me escapan se editó esta primavera cuando, en mi mente, es un clarísimo libro otoñal. Cristobal Polo, en un libro que es, por cierto, también un cuaderno un poco caótico, un libro de apuntes, nos regala pequeños pensamientos, reflexiones sobre el porqué, el cómo, qué diferencia un cuaderno de otro, su periodicidad, su carácter, sus rasgos… el cuaderno cobra vida más allá de quien lo escribe y el lector se para …
Cuadernística no es ensayo, ni es es ficción, ni es un ejercicio de memoria, ni un listado bibliográfico, aunque bien puede englobar todas estas cosas, salpicado además de algún aforismo y algún relato breve. Es una delicia, ese pequeño caramelo que encuentras llegado el otoño en el bolsillo de ese abrigo que llevas seis meses sin sacar del armario. Siempre y cuando el caramelo no se haya derretido y conserve su carisma y sabor intactos. Por razones que se me escapan se editó esta primavera cuando, en mi mente, es un clarísimo libro otoñal.
Cristobal Polo, en un libro que es, por cierto, también un cuaderno un poco caótico, un libro de apuntes, nos regala pequeños pensamientos, reflexiones sobre el porqué, el cómo, qué diferencia un cuaderno de otro, su periodicidad, su carácter, sus rasgos… el cuaderno cobra vida más allá de quien lo escribe y el lector se para a cada página —cada texto es muchas veces poco más que una página— y adquiere consciencia de la belleza de la escritura sin un objetivo concreto. Le da importancia al cuaderno y al mismo tiempo se la resta.
No concibo, lo admito, las aplicaciones digitales que pretenden emular diarios, cuadernos de notas, ejercicios memorísticos. No lo hago porque nos perderíamos, entre otras cosas, las “flores de sueño” o “flores de cuadernista dormido”, imagen tan hermosa, tan gráfica que Polo nos regala incluso con un pequeño dibujo. Porque, en sus palabras: un buen cuadernista es el que se queda dormido sobre su cuaderno. Pero aun mejor es el cuadernista que muere sobre su cuaderno. Cuadernística es así elogio y manifiesto, es una preciosa joya (una más, por cierto, en la colección Cahiers de Wunderkammer) que hace de su lectura una también sosegada delicia.
En la obra de Bora Chung, lo cotidiano y lo sobrenatural se entrelazan para representar …
Cruce entre modernidad y tradiciones, una historia de amor y expectativas
3 estrellas
Corren buenos tiempos para la narrativa coreana. Si hace poco más de un lustro apenas contábamos con dos o tres títulos destacados, como Pachinko, de Min Jin Lee, o Kim Ji-Young, nacida en 1982, de Cho Nam-joo, es a raíz de dos sucesos que ahora podemos encontrar muchos títulos escritos por autores coreanos. Por un lado, el Premio Nobel otorgado a Han Kang, ha sido una vía de entrada para muchos no ya en la literatura coreana, sino en la asiática en general, porque ha sido la primera mujer asiática en conseguir este galardón. Por otro, la literatura coreana es rica en ejemplos de un género que ahora mismo está en boga, el de las novelas “healing fiction” —ficción curativa—, que nos ofrecen historias reconfortantes o tranquilas que, ademas, muchas veces nos llevan a librerías o pequeñas tiendas como escenario.
Desde luego La zorrra, de Bora Chung, no es …
Corren buenos tiempos para la narrativa coreana. Si hace poco más de un lustro apenas contábamos con dos o tres títulos destacados, como Pachinko, de Min Jin Lee, o Kim Ji-Young, nacida en 1982, de Cho Nam-joo, es a raíz de dos sucesos que ahora podemos encontrar muchos títulos escritos por autores coreanos.
Por un lado, el Premio Nobel otorgado a Han Kang, ha sido una vía de entrada para muchos no ya en la literatura coreana, sino en la asiática en general, porque ha sido la primera mujer asiática en conseguir este galardón. Por otro, la literatura coreana es rica en ejemplos de un género que ahora mismo está en boga, el de las novelas “healing fiction” —ficción curativa—, que nos ofrecen historias reconfortantes o tranquilas que, ademas, muchas veces nos llevan a librerías o pequeñas tiendas como escenario.
Desde luego La zorrra, de Bora Chung, no es uno de estas novelas. Podríamos decir que es más próxima al terror, a lo misterioso o inquietante. Pero sí guarda relación con la literatura asiática en algo fundamental: la necesidad de establecer un punto de encuentro entre la vida actual y el respeto a las tradiciones.
Chung está inclinada a comprender la mitología, creencias populares y folclore en una Asia donde una rápida modernización de la sociedad no dio tiempo a procesar esta sabiduría ancestral, por eso necesita incluir estos elementos en una historia que habla de la soledad, de la familia y de las expectativas que los demás depositan en nosotros. Kijun aparece como un personaje que no cumple con los estándares de esfuerzo y éxito que le impone la sociedad coreana y que, a pesar de tener trabajo y mantenerse a sí mismo, se muestra como un fracasado. El amor, de cualquier clase, es así en parte un elemento redentor, que da una chispa a lo anodino y gris de su vida.
A las ocho y cuarto de la mañana del 6 de agosto de 1945, Tamiki …
La obra pionera del genbaku bungaku
3 estrellas
Un libro de plena actualidad porque el pasado 6 de agosto se conmemoraba el octogésimo aniversario del bombardeo de Hiroshima en 1945. Flores de verano, de Tamiki Hara ha sido una lectura recurrente para muchos en este verano.
Flores de verano es un libro que nos introduce en el género literario japonés genbaku bungaku o“literatura de la bomba atómica”. Es pionera del género y cumple sus características: un alto contenido emocional, una expresión del dolor, el trauma, la muerte, la supervivencia, la culpa de seguir vivo. La experiencia de Hara es la de los llamados hibakusha o supervivientes.
Flores de verano es un texto horrible, en el sentido de que transmite un horror indecible que a día de hoy seguimos sin poder comprender en cierto modo, pero la narrativa de Tamiki Hara es armoniosa, es lírica, es incluso serena aunque suene contradictorio. Es un texto incluso bello si …
Un libro de plena actualidad porque el pasado 6 de agosto se conmemoraba el octogésimo aniversario del bombardeo de Hiroshima en 1945. Flores de verano, de Tamiki Hara ha sido una lectura recurrente para muchos en este verano.
Flores de verano es un libro que nos introduce en el género literario japonés genbaku bungaku o“literatura de la bomba atómica”. Es pionera del género y cumple sus características: un alto contenido emocional, una expresión del dolor, el trauma, la muerte, la supervivencia, la culpa de seguir vivo. La experiencia de Hara es la de los llamados hibakusha o supervivientes.
Flores de verano es un texto horrible, en el sentido de que transmite un horror indecible que a día de hoy seguimos sin poder comprender en cierto modo, pero la narrativa de Tamiki Hara es armoniosa, es lírica, es incluso serena aunque suene contradictorio. Es un texto incluso bello si nos atenemos a la forma, que nos introduce en temas como la soledad, la familia o los fantasmas.