Patricia_Millan reseñó a Alimentar a Los Fantasmas (Reservoir Gráfica)
Un gran fondo con una forma más que mejorable
2 estrellas
La elección de hacer un cómic, y más un cómic de la envergadura de Alimentar a los fantasmas, el segundo en la historia en ganar un Pulitzer tras Maus es cuanto menos curiosa. Según afirma Tessa Hulls, tuvo que aprender narrativa gráfica, técnicas vinculadas al cómic, cómo trasladar su visión de la historia en forma de paneles, equilibrar, no siempre con la suerte debida, la palabra y la imagen… pero Hulls entendía que solo ese formato podría servirle para combinar una historia que une lo personal, lo generacional y lo histórico para enfrentarse a un titán como este. Todo esto, ¿para contar qué? La historia de tres generaciones de mujeres. La historia de su abuela, que en 1957 escapó de Shanghai con su hija y acabó en Hong Kong, donde escribió unas memorias periodísticas sobre la persecución del régimen de Mao tras la victoria comunista en China ante de sufrir …
La elección de hacer un cómic, y más un cómic de la envergadura de Alimentar a los fantasmas, el segundo en la historia en ganar un Pulitzer tras Maus es cuanto menos curiosa. Según afirma Tessa Hulls, tuvo que aprender narrativa gráfica, técnicas vinculadas al cómic, cómo trasladar su visión de la historia en forma de paneles, equilibrar, no siempre con la suerte debida, la palabra y la imagen… pero Hulls entendía que solo ese formato podría servirle para combinar una historia que une lo personal, lo generacional y lo histórico para enfrentarse a un titán como este. Todo esto, ¿para contar qué? La historia de tres generaciones de mujeres. La historia de su abuela, que en 1957 escapó de Shanghai con su hija y acabó en Hong Kong, donde escribió unas memorias periodísticas sobre la persecución del régimen de Mao tras la victoria comunista en China ante de sufrir una crisis nerviosa que afectó para siempre su salud mental y la convirtió en alguien necesitado de constantes cuidados. Su madre, Rose, fue quien asumió ese rol y ejerció una crianza que Tessa era incapaz de asumir: durante toda su vida madre e hija han hablado lenguas distintas, real y emocionalmente, lenguas que oprimen y expresan de diferentes formas los traumas familiares, el dolor y las relaciones entre ellas. Posiblemente uno de los temas más interesantes del cómic sea la forma en que los traumas superan a quien los vive y se adentran, enraizan en las siguientes generaciones, creando una suerte de trauma colectivo que encuentra diferentes vías de escape. Pero también hay algunos aspectos negativos de la obra fruto de la inexperiencia clarísima de la autora con el lenguaje del comic.