Patricia_Millan reseñó La zorra de Bora Chung
Cruce entre modernidad y tradiciones, una historia de amor y expectativas
3 estrellas
Corren buenos tiempos para la narrativa coreana. Si hace poco más de un lustro apenas contábamos con dos o tres títulos destacados, como Pachinko, de Min Jin Lee, o Kim Ji-Young, nacida en 1982, de Cho Nam-joo, es a raíz de dos sucesos que ahora podemos encontrar muchos títulos escritos por autores coreanos. Por un lado, el Premio Nobel otorgado a Han Kang, ha sido una vía de entrada para muchos no ya en la literatura coreana, sino en la asiática en general, porque ha sido la primera mujer asiática en conseguir este galardón. Por otro, la literatura coreana es rica en ejemplos de un género que ahora mismo está en boga, el de las novelas “healing fiction” —ficción curativa—, que nos ofrecen historias reconfortantes o tranquilas que, ademas, muchas veces nos llevan a librerías o pequeñas tiendas como escenario.
Desde luego La zorrra, de Bora Chung, no es uno de estas novelas. Podríamos decir que es más próxima al terror, a lo misterioso o inquietante. Pero sí guarda relación con la literatura asiática en algo fundamental: la necesidad de establecer un punto de encuentro entre la vida actual y el respeto a las tradiciones. Chung está inclinada a comprender la mitología, creencias populares y folclore en una Asia donde una rápida modernización de la sociedad no dio tiempo a procesar esta sabiduría ancestral, por eso necesita incluir estos elementos en una historia que habla de la soledad, de la familia y de las expectativas que los demás depositan en nosotros. Kijun aparece como un personaje que no cumple con los estándares de esfuerzo y éxito que le impone la sociedad coreana y que, a pesar de tener trabajo y mantenerse a sí mismo, se muestra como un fracasado. El amor, de cualquier clase, es así en parte un elemento redentor, que da una chispa a lo anodino y gris de su vida.