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Thomas Sankara (1949-1987) fue el presidente de Burkina Faso de 1983 a 1987. Con una potente combinación de carisma personal y fuertes convicciones marxistas y pan-africanistas, su gobierno llevó a cabo iniciativas contra la corrupción y el imperialismo francés y mejoró la educación, la sanidad, la agricultura y la situación de la mujer, nacionalizando las tierras, las minas y los servicios públicos. Sus logros le valieron el apelativo de «Che Guevara africano». Su programa revolucionario provocó una fuerte oposición de los líderes tradicionales de la pequeña pero poderosa clase media, así como el recelo de Francia. Estos factores provocaron su caída y asesinato en un sangriento golpe de Estado el 15 de octubre de 1987.

«Deberías saber quién es Sankara. Que esta biografía contribuya a difundir la memoria de un hombre y de una revolución probablemente únicos, que durante cuatro años fue abrazada por uno de los países más pobres y periféricos del mundo, levantando esperanzas en muchos africanos y otros lugares» - Marinella Correggia

«A Thomas Sankara no le hubiera gustado ser recordado con nombres en plazas o calles, o como icono de la revolución africana. Se sentiría más a gusto sabiendo que la vocación y la aportación que le costó la vida siguen viviendo en el trabajo diario de hormiga de comunidades constituidas de mujeres y hombres que luchan diariamente por la solidaridad y la justicia. En África y en todo el mundo» - Giovanni Giacopuzzi

Este libro cuenta la historia del pensamiento dominante, el pensamiento blanco, su origen y su funcionamiento, su forma de dividir y cómo se extendió por todo el mundo hasta convertirse en universal y contaminar el aire que respiramos. Desde hace siglos, el pensamiento dominante es la norma, la fosilización de las jerarquías, el esquema de dominación que nos imponen, para que blancos y no blancos sepan cómo deben actuar y cuál es el lugar de cada uno. Sucede lo mismo con el amplio dominio de los hombres sobre las mujeres, está profundamente anclado en nuestras mentalidades y actúa cada día. Solo su cuestionamiento nos permitirá avanzar para pasar a otro esquema mental y cambiar la sociedad en la que vivimos.

No se trata de culpabilizar o de acusar, sino de comprender sus mecanismos y tomar conciencia para construir nuevas solidaridades.

¿Acaso no ha llegado el momento de ampliar nuestro punto de vista para considerarnos final y simplemente seres humanos?

Mbembe aborda l’actual crisi col·lectiva de futur recollint idees del Plantaciocè articulades per Anne Tsing o del nou materialisme desenvolupat per Donna Haraway o Katherine Hayles, per fer front al concepte extractivista que tenim del planeta. Ens proposa refundar la humanitat per poder ser capaços de conviure amb el món. Ens ofereix la seva perspectiva africana; ens proposa l’animisme africà i la seva metafísica com a espiritualitat més funcional per aquest present, on els límits entre objectes i humanitat s’esborren cada cop més. A mi, en especial i entre moltes coses, em va impressionar la idea que els objectes també tenen una càrrega espiritual i no haurien de ser considerats amb tanta freqüència com ho fem com a coses fungibles i mercaderies sense ànima. Assenyala una sèrie de constants de la civilització dominant com les migracions, l’ecocidi, la innovació tecnològica i la colonialitat occidental. Tot plegat redueix la vida i a les persones a crua matèria. No ens ofereix miracles ni solucions immediates però una cosmovisió potent a treballar.