Diego Delgado reseñó Ahora en noviembre de Josephine Johnson
Ni la naturaleza compensa el sufrimiento de la pobreza
3 estrellas
"¡Ojalá hubiese sido unos años más joven o diez años más vieja!".
Esta frase resume a la perfección una sensación que me ha acompañado durante toda la lectura, y con la que además he conectado bastante en lo personal. Se trata de una incertidumbre existencial, profunda y radicalmente confusa, sobrevenida en ese momento vital en el que se deja atrás la etapa infantil -en un sentido muy amplio que incluye la adolescencia y esa extraña madurez temprana que tiene mucho de temprana y, en fin, poco o nada de madurez- para mirar de frente y sin red de seguridad hacia lo que será la propia vida. Un panorama que, por norma general en este modelo de desposesión sistemática que es el capitalismo, presenta ante ti más incógnitas amenazantes que cómodas certezas.
La voz de Marget cuenta con un cuestionamiento crítico, quizá propio de la inocencia juvenil, mediante el que se …
"¡Ojalá hubiese sido unos años más joven o diez años más vieja!".
Esta frase resume a la perfección una sensación que me ha acompañado durante toda la lectura, y con la que además he conectado bastante en lo personal. Se trata de una incertidumbre existencial, profunda y radicalmente confusa, sobrevenida en ese momento vital en el que se deja atrás la etapa infantil -en un sentido muy amplio que incluye la adolescencia y esa extraña madurez temprana que tiene mucho de temprana y, en fin, poco o nada de madurez- para mirar de frente y sin red de seguridad hacia lo que será la propia vida. Un panorama que, por norma general en este modelo de desposesión sistemática que es el capitalismo, presenta ante ti más incógnitas amenazantes que cómodas certezas.
La voz de Marget cuenta con un cuestionamiento crítico, quizá propio de la inocencia juvenil, mediante el que se observa el cruel funcionamiento de un sistema de organización social, política y económica que convierte las vidas de las grandes mayorías en una carrera extenuante para evitar ser atrapadas por la miseria. De fondo, un sentimiento apasionado de conexión con la naturaleza coloca el territorio en el centro de este relato sobre la precarización capitalista. Quizá las colinas, los pájaros o los ríos sean motivos suficientes para existir en paz, para disfrutar de la vida, pero la quemazón provocada por la pobreza dinamita cualquier atisbo de armonía.