En el verano de 1854, Londres estaba emergiendo como una de las primeras metrópolis modernas del mundo. Pero, al carecer de la infraestructura necesaria para mantener a su población en rápida expansión —eliminación de residuos, agua limpia, alcantarillado—, la ciudad se convirtió en el caldo de cultivo perfecto para un brote de cólera, una enfermedad aterradora que nadie sabía cómo curar entonces. Steven Johnson, uno de los escritores más interesantes de la actualidad en temas como la cultura popular, la vida urbana y las nuevas tecnologías, nos cuenta la historia de la devastadora epidemia que envolvió Londres en 1854 a través de dos héroes poco probables: el doctor anestesista John Snow y el afable reverendo Henry Whitehead. Juntos derrotaron a la enfermedad gracias a que combinaron conocimiento local e investigación científica, y se ayudaron de la elaboración de mapas. Llevaron a cabo una fascinante investigación que sacudiría los cimientos de …
En el verano de 1854, Londres estaba emergiendo como una de las primeras metrópolis modernas del mundo. Pero, al carecer de la infraestructura necesaria para mantener a su población en rápida expansión —eliminación de residuos, agua limpia, alcantarillado—, la ciudad se convirtió en el caldo de cultivo perfecto para un brote de cólera, una enfermedad aterradora que nadie sabía cómo curar entonces. Steven Johnson, uno de los escritores más interesantes de la actualidad en temas como la cultura popular, la vida urbana y las nuevas tecnologías, nos cuenta la historia de la devastadora epidemia que envolvió Londres en 1854 a través de dos héroes poco probables: el doctor anestesista John Snow y el afable reverendo Henry Whitehead. Juntos derrotaron a la enfermedad gracias a que combinaron conocimiento local e investigación científica, y se ayudaron de la elaboración de mapas. Llevaron a cabo una fascinante investigación que sacudiría los cimientos de la comunidad científica victoriana y cambió para siempre nuestra perspectiva sobre la vida moderna. Al relatar su extraordinaria historia, Johnson explora de paso todo un universo de ideas y realidades conectadas, desde el terror urbano a la enfermedad hasta los microbios y los ecosistemas, el Gran Hedor, los fenómenos culturales y la vida en la calle bajo una epidemia.
El mapa fantasma me ha resultado una lectura un tanto decepcionante no porque el libro me haya parecido malo sino porque lo que yo creía que iba a ser el tema principal (la investigación de un brote de cólera en Londres en 1854) es sólo uno de tantos. El libro además de esa investigación habla de las penurias del Londres de la época o de los prejuicios que tenía entonces la ciencia. Y el epílogo la macedonia de temas (Irán, terrorismo o diseño inteligente) alcanza niveles demenciales.