Ocaña citó ¿Qué es la política? de Hannah Arendt
Advertencia de contenido Sobre la libertad de expresión y el parlamentarismo
Lo decisivo entonces como hoy no es de ninguna manera que cada cual pudiera decir lo que quiera, o que cada hombre tenga el derecho inherente a expresarse tal como sea. Aquí de lo que se trata más bien es de darse cuenta de que nadie comprende adecuadamente por sí mismo y sin sus iguales lo que es objetivo en su plena realidad porque se le muestra y manifiesta siempre en una perspectiva que se ajusta a su posición en el mundo y le es inherente. Sólo puede ver y experimentar el mundo tal como éste es «realmente» al entenderlo como algo que es común a muchos, que yace entre ellos, que los separa y los une, que se muestra distinto a cada uno de ellos y que, por este motivo, únicamente es comprensible en la medida en que muchos, hablando entre sí sobre él, intercambian sus perspectivas. Solamente en la libertad del conversar surge en su objetividad visible desde todos lados el mundo del que se habla.
— ¿Qué es la política? por Hannah Arendt, Fina Birulés (Página 79)
Esto creo que es la base del parlamentarismo en el que vivimos, aunque los parlamentarios parecen haberlo olvidado, con la consecuente pérdida de sentido y confianza en la democracia.
En mi cabeza, originalmente la idea de la democracia representativa y el parlamentarismo es que elijamos a grandes conversadores para que nos representen y, entre elles, comprendan varios puntos de vista para legislar por el bien común (no por la mayoría, no por su partido). Ese bien común intentaría no dejarse a nadie fuera.
Sin embargo vemos que se trata de hacer lo ppsible por mantener o ganar votos, sin entrar en los grandes problemas. Y muchos discursos parten de la posición de que se tiene la razón, y de que los demás no aportan, sino que molestan, que son un obstáculo a vencer.
Así solo es un juego de mayorías, las enmiendas y vetos pierden todo su sentido.