Manuel Monroy Correa terminó de leer Indigno de ser humano de Osamu Dazai
Incapaz de ser «humano», tan sólo con el sentido que desde lo social se construye; un monstruo -un alienado, un otro- porque su reacción inmediata ante todo es el disfraz del miedo más terrible: el miedo a ser como persona, digna según una sociedad que privilegia el esfuerzo, los lineamientos característicos de una sociedad patriarcal. Hasta el punto de pedir disculpas por haber nacido. Menos que Job, quien maldijo el día de su nacimiento frente a la aparente indiferencia del Soberano del mundo, Yojan se disipa; se diluye. Menos aún que Kafka quien pide la muerte del padre como dureza del mundo, Yojan se permite desalinearse porque frente a sí mismo es, también, despreciable.
Libro inolvidable.