Manuel Monroy Correa terminó de leer Breviario del caos de Albert Caraco
Profeta por propia denominación. Con los ojos que contemplan la catástrofe descarnadamente. Caraco es solemne y metafórico aunque no utiliza la ironía. Casi un manifiesto pesimista frente a la podredumbre de la política y la religión es, al mismo tiempo, un canto alegre para la distopía.
Su pesimismo profético recuerda, por cuestiones de mayor presencia editorial, a Cioran, aunque sin ironía ni sarcasmos. La seriedad de Caraco es, hasta ahora y vista desde esta distancia histórica, una molienda que procesa el grano de una realidad ontológica que nos retrata.