Manuel Monroy Correa terminó de leer Signos de Escritura de Roy Harris
Con este libro no sólo aprendí hace mucho, que Häagen-Dazs no es ni apellido ni nada, excepto un nombre inventado con propósitos mercadoténicos, sino sobre la manera en que el lenguaje funciona, digamos, como un sistema cuya estructura damos por hecho, de una manera particular desde la escritura. Con Häagen-Dazs se dan por dados contextos, formas de los lenguajes no comunes al propio, pero en realidad «no dice nada» o bien, cumple expectativas de sentido fuera de las estructuras semánticas de la lengua de la que proviene.
Este es un ejemplo en el libro, pero Harris tiene aún más que decir por ahí. Muy cerca de la semiótica a finales del s. XX.