Recordaba esta novela mucho mejor de lo que era. Sigue teniendo unas metáforas preciosas y sabe como guardarse las sorpresas en el tiempo justo, pero demasiadas veces decora situaciones como si fueran nostálgicas o entrañables cuando más bien son casposas y sórdidas.

Tampoco le daría el premio al escritor feminista del año. Las mujeres son de dos tipos: follables o no y podrías intercambiar los nombres aquí y allá y ni notarías la diferencia. Por no pasar no debe ni pasar el test de Bechdel.