Advertencia de contenido Último capítulo de "Algo que sirva como luz"
En el mismo sitio donde confluyeron por primera vez las historias de José, Juanca, Pope y Jaime, sentí el chispazo de la lucidez y comprendí que había intentado responder a la pregunta equivocada. De alguna forma sentí que todos estaban intentando responder a una pregunta que en ningún momento había sido la más importante. El misterio último de Supersubmarina no pasaba por responder si volverían. Aquel niño no necesitaba que Supersubmarina regresase, porque para él nunca se había ido. La música de la banda había viajado en el tiempo y en el espacio hasta llegar, como recién nacida, a sus oídos. No había accidente ni daño que hubiese podido acabar con el poder de su música. No había dolor ni tragedia que hubiese podido extinguir la luz de sus canciones.
— Algo que sirva como luz por Fernando Navarro (Página 378)