Hay una broma habitual entre los investigadores de este ámbito que dice que tan pronto como algo funciona, deja de ser IA. Es solo software. Y eso podría convertir la investigación sobre IA en algo deprimente, puesto que, por definición, los únicos avances que cuentan son los fracasos, pero la broma esconde una pizca de verdad. La IA es inherentemente un término desconcertante de ciencia ficción y cuando se convierte en realidad, deja de ser desconcertante.
Solíamos asumir que se requería un radiólogo para interpretar una radiografia de tórax es decir, un humano inteligente con la capacitación adecuada y las credenciales profesionales requeridas. Sin embargo, ya hemos comprobado que se trata de una tarea rutinaria que también puede llevar a cabo un ordenador.
— La mente del hacker por Bruce Schneier (Página 231)