fjromero reseñó La última mujer de la Mancha de .
Viajando con la vecina
Es fácil empatizar con Leo porque es (vale, puede ser) mi vecina. Pero ¡ojo!, el mérito de que ocurra esto es de Enerio, y eso no es nada fácil. Una vez que te decides (no hace falta leer muchas páginas para que ocurra) a acompañarla en su insólito viaje lo disfrutas a cada frase que suelta, a cada párrafo que describe el entorno. Un corto pero maravilloso viaje que te atrapa en todo su recorrido.