Reseñas y comentarios

Este "Atlas de literatura latinoamericana" editado por Nórdica es un libro que, por su título, parece ofrecer horas de lectura apasionada e interesante. El resultado queda a mitad de camino de esas expectativas, al menos en lo que al contenido literario se refiere. Digamos primero que la edición está muy cuidada. Tanto la encuadernación, como las ilustraciones y el papel entran en la categoría de libros para conservar en la estantería de los elegidos, o perfecto para regalar. 47 destacadas personalidades del ámbito editorial (autoras y autores, críticos o académicas), con mayor o menor reconocimiento, se encargan de reseñar a 50 narradores, cuentistas o poetisas de todos los países latinomericanos y de todas las épocas. Entre las primeras, podemos encontrar a Mariana Enríquez, Héctor Abad Faciolince, Lina Meruane, Martín Kohan o Andrés Neuman... que forman un conjunto de alto nivel para la tarea encomendada. Los problemas, a mi modo de ver, comienzan con la segunda parte. No hay un criterio a la hora de elegir de quién hablar, ni temporal, ni estilístico, ni de difusión de su obra... no hay un hilo conductor que nos ayude a intuir un itinerario de lectura o un plantel de nombres. Bien, es un opción. Ofrecer entonces una posibilidad abierta para sorprender a quien se adentre en la lectura de las páginas del libro. Y de ese modo encontramos a consagradas figuras como Roberto Bolaño, Silvina Ocampo, Gabriela Mistral o Lezama Lima, junto a otras absolutamente eclipsadas -- por unas razones u otras--, aunque intuyo que de interés y calidad, pues muchas eran completamente desconocidas para mí. Y en mi caso estas últimas eran las que un principio más me podían interesar. Pero entonces surge otro problema, y es la brevedad de las reseñas. En apenas página y media se despacha la descripción de anécdotas o avatares de cada una de las vidas, las obras, las particularidades en el estilo o la forma... No en todos casos se sigue este guion, pues en algunos casos la reseña se centra fundamentalmente en hablar únicamente de un libro. De modo que el resultado final es una idea difusa para las expectativas iniciales. Demasiado errática y selectiva la elección y demasiado breve la exposición. Más espacio para las ilustraciones, de alta calidad sin duda, que para los textos. En definitiva, un libro que parece más orientado al regalo que a la lectura.

El subtítulo de este libro marca la línea a desarrollar. Empecemos por el concepto de utilidad y valor monetario. Hagamos frente a todas esas actividades, más allá del imprescindible trabajo, que pueden resultar útiles. "¿Útiles para qué?" --se pregunta Chuang Tsé--, la estrechez de una palabra en el mundo actual y sus sinónimos: éxito, productividad, en la lógica capitalista. Más bien vivimos abrumados y abducidos por todo lo contrario: "hoy estamos anegados de palabras inútiles, en cantidades ingentes de palabras e imágenes. La estupidez nunca es muda ni ciega" (Gilles Deleuze), y era 1985 cuando lo escribió... Si tenemos que "salirnos de la máquina", Jenny Odell no propone exiliarnos en medio del campo, sino usar los espacios públicos como jardines o bibliotecas, lugares no comerciales donde no se exige nada para acceder a ellos, y donde se puede hacer cualquier cosa. Las redes sociales nos roban el tiempo y nuestra atención. Ese es el objetivo de las grandes plataformas, su modelo de negocio de donde obtienen ingentes beneficios millonarios. Nos quieren ahí, cacareando y empleando nuestro tiempo en lo banal. No se trata de vigilar la discrepancia e imponernos el silencio. Bien al contrario "se fundamenta en la proliferación del parloteo, en la irrelevancia de la opinión y del discurso, y en hacer que el pensamiento, la discrepancia y la crítica resulten banales y ridículos" (dice Franco Berardi "Bifo"). Este ataque desde internet a la inteligencia humana (al menos tal y como hasta ahora la habíamos conocido) no se puede combatir, como muchos pretenden, buscando la "verdad", porque lo que está en cuestión no es eso, sino la realidad. De modo que por lo que tenemos que movernos es por ampliar la parte de lo real. La imposibilidad de retirarse. Epicuro preconizaba alejarse de las riquezas, del éxito y de los honores, y del respeto de las multitudes, si lo que se busca es poner fin a las tribulaciones del alma. Pero eso no puede impulsarnos a apartarnos del bullicio del mundo, como ocurrió con las comunas de los años 60 y 70 del pasado siglo, en un intento de crear "otro mundo" saliéndonos del que existe. Eso, ni es conveniente ni conduce a ningún sitio buscado. Frente al retiro o al exilio, Odell propugna el distanciamiento y la participación. Mirar las cosas con perspectiva e implicarse para cambiar el mundo real. Contra la economía de la atención pareciera escrito el texto de Unamuno "De esto y aquello", donde afirma: "no sé hablar si no veo unos ojos que me miran y no siento detrás de ellos un espíritu que me atiende".