¡Menudo viaje! Me ha encantado este Cornelius desgraciado (en el mejor y peor sentido). Encaja perfecta esta "falsa antología" que ha pergeñado su autor, recopilando algunos cómics antiguos pero siempre al servicio de una historia -fantástica- nueva (algunas notas, eso sí, no están a la altura). El grafismo es espectacular con un cambio de estilo cada poco (desde imágenes apabullantes hasta monigotes; de espíritu fanzinero a recopilación de lujo), y todo ello regado de chistes y reflexiones sobre el lugar en el mundo de un triste perro. Una mezcla de gamberrada y obra de arte.

Me decidí leerlo porque ganó el prestigioso premio del cómic de Barcelona por delante de María Medem y Paco Roca. Arqueé la ceja al ver el ganador pero ahora entiendo el problemón del jurado. ¡Qué difícil elegir entre tres obras tan distintas!