Señó Moshuelo reseñó Trazos de sangre de Poppy Z. Brite
Anatomía brutalista, fluidos varios y una bonita historia de amor gore
4 estrellas
Cómo os cuento lo que he sentido al leer este libro. Lo intento, a ver, empezaré por lo menos bueno: es una obra irregular, por momentos inconexa, con un estilo que tiende a regodearse (divino regodeo) en algunos pasajes para pasar por encima de otros. No os apuréis, no me ha parecido nada que os vaya a impedir disfrutar de la historia. También, en algunos momentos, peca de idealismo y de un romanticismo a su manera, pero, oye, a mí me gusta que en medio de la hedionda realidad alguien destinado a ser carne picá se salga con la suya. Me da paz, no me preguntéis por qué, que no… bueno sí, es porque a mí me gustaría un poco de esa golosina, ya lo he dicho. A medida que leía me venía un paralelismo a la cabeza. Joder, pensé en más de una ocasión, `Nuestra parte de noche’ de Mariana Enríquez tiene mucho de este morbo, de este gusto por lo abyecto, por el eros y el tánatos mezclados y fundidos hasta resultar indistinguibles. Eso me gustó, porque en su momento flipé con la historia de la escritora argentina y el encontrarme ante una obra que podría haberle afectado e influído ya me pareció muy atractivo. Este relato divaga sobre muchos temas, divagar bien, con ese fijar la atención hasta que podemos ver el poro de la piel sin necesidad de lupas ni aumentos, divaga para aprehender, para sacar a la conciencia, para que se vea. A veces puede que se pase un poco de rosca en lo escatológico (a mí no me lo ha parecido, lo digo para los estómagos algo delicaditos y para el que aún tenga algo de puritano enganchao en sus canne morenas); pero desde ahí, desde la sangre y el semen, desde los dientes rotos y el sudor, desde la densidad a la hora de describir el agobiante ambiente y paisaje, desde una sedimentación progresiva de todo lo que quiere contarnos e libro se eleva y nos atrapa. ¿Qué es ‘Trazos de santre’? Es terror, sí, de muchos tipos, psicológico, gore, de casas encantadas. Es un viaje onírico con reminiscencias dunsanianas, es un abrevadero para los que no nos cansamos de lo popular, de la música y de todo lo que no es esa alta cultura que mata la cultura. También es una historia de amor, una bizarra y sadomasoquista, una reivindicación de los raros, de los que son machacados por la sociedad. Es un alegato por el apoyo mutuo (quién encontrara vecinos como los que reciben a los protas en el pueblo donde se desarrolla casi toda la trama). Y lo que se me estará escapando. Esa rareza de los protagonistas, en realidad de todos los personajes, me atrae mucho, es totalmente mi gente, personas que hay que mostrar, actitudes fuera de la pecera, rabia que llega a buen puerto, desplazados sin complejos y con unas ganas de vivir que se contagian, que llevan consigo otras formas de habitar la tierra. Solo los representantes de la norma y el gobierno son arquetípicamente robóticos y desalmados; ya sabéis, ese hombre de negro que trabaja para que el que jumela a anarquía sea aplastado. No quiero extenderme mucho. Si lo tuyo es el terror con mezclilla de otras cosas, si te molan las ambientaciones opresivas, sureñas (aupa Nueva Orleans) y alucinatorias, las historias de la caló volviendo a todos un poco tarumba, las que gastan camiones y camiones cisterna de sangre, de violencia y de tensión emocional, esta puede ser una buena parada en tu trayectoria lectora. Que ustedes lo gocen, pájaras. PD. Carfax, estoy in lof con toda la mandanga que editas.