Así actúa esta novela, por erosión, sabe transmitir bien la acumulación de ansiedad en lo cotidiano por tener que adaptarnos y rendir (en vez de rendirnos) a unas exigencias y unas gentes que las portan que son del todo inasumibles. Creo que el libro va sobre el fracaso. No tanto de la prota, que también -asistimos a una toma de conciencia sobre errores, inercias y sueños-, sino sobre todo, de un orden social caníbal, cruento y fantasmagórico; una realidad irrespirable, asediada y que es preciso soportar hasta que una se quiebra. De ahí viene el terror del libro, más tensión capa sobre capa, sobre capa, sobre capa... hasta que te aplasta. Me gustó mucho el tono, casa muy bien con la abulia depresiva, la desrralización alucinatoria y el estado mental de la prota. En esta novela todo esta a punto de romperse, el equilibrio de lo declarado perfecto es precario y todas vivimos en ese edificio.