Señó Moshuelo comentó acerca de Su cuerpo ha florecido de Kathryn Harlan
Aún por el primer relato y encuentro ya fascinación, una sensibilidad certera que sabe nombrar lo difuso y traer al lector una comprensión que abre rediles.
«Si tuviera que determinar qué fue lo que hizo especial aquel verano, aparte de la omnipresencia de la muerte, diría que el hecho de que aquel fuera el último año antes de que el lenguaje me invadiera por completo, antes de que las palabras comenzaran a llamar quedamente en mi cabeza, queriendo entrar. [..]. En las cosas que el lenguaje hace menos terroríficas y en las cosas que hace más ignotas, y en lo que era diferente –al menos un poco– cuando no tenía un término para nombrarlo.»
Qué gusto cuando una lectura adopta en la sensibilidad esta forma de joyero taraceado, de recipiente difícil de abrir pero del que emana la promesa de un hogar en lo poco transitado.