Patricia_Millan reseñó Cómo llegué a ser compositora de Errollyn Wallen (Bihotza)
Un diario de rebeldía, creatividad y música
4 estrellas
“Busco algo. Como un detective privado o un explorador imprudentemente curioso, cuando me agacho para atar un cordón del zapato me percato del más ligero aroma, una brizna ondulando en el aire, un trino atrapado en la brisa. Estoy buscando algo que no he visto ni olido antes. Pero ¿cómo sabré, en la miríada de posibilidades de sonidos y combinaciones de sonido, que lo he encontrado? ¿Y, ante todo, por qué lo busco?” Errollyn Wallen tiene una obsesión por alejar la música clásica del estereotipo, como ella misma dice, “del hombre blanco con peluca rizada”. Sus composiciones mezclan géneros –tiene una pieza inspirada por el sonido del metro de Nueva York—, ha llegado a tocar piezas en grupos pop y siente que esa mezcla le funciona en su proceso compositivo. Además, en contraposición de ese estereotipo no solo ha ejercido una enorme influencia como mujer en el mundo de la composición, sino que también lo ha hecho por su raza. Cómo llegué a ser compositora no es una autobiografía al uso. frente a la monotonía de sentarnos a leer fecha tras fecha, Errollyn nos ofrece algo mucho más interesante: un compendio que entremezcla lo autobiográfico con su particular visión de la composición. no es un manual ni un cuaderno de ejercicios sino que, por suerte para quienes no disponemos de formación musical alguna, está más centrada en dos ámbitos: el de la creatividad y el de la dedicación. ¿Dónde encuentra Wallen las ideas? ¿Cómo se cultiva la creatividad? La forma tan maravillosa en la que se entrevé en sus páginas que crear tiene que ver con la dedicación, sí, pero también con prestar atención, con dejarse llevar por los sentidos, nos enamora y nos incita a pensar que, cada uno en nuestras respectivas áreas, podemos ser igual de creativos, de creadores sin parangón.
