M.Duritz reseñó Leche condensada de Aida González Rossi
Un poema
Este libro es un ejercicio estilístico muy, muy arriesgado, pero que funciona súper bien una vez entras en el rollo. Lo dice la editora Sabina Urraca en una entrevista y yo lo pensé nada más empezarlo, este libro es un poema, un poema muy largo. El ritmo, la oralidad, las imágenes, te enganchan. Es una lectura azucarada, una golosina: leche condensada. También es bruto y desgradable, pero al mismo tiempo increíblemente tierno. He conectado mucho con el tono, con el mundo interior de la protagonista, su intensidad, la onda expansiva que es, el amor y la luz que lo impregnan y lo mueven todo; también con la falta de palabras para explicar unas experiencias que te arrollan. Lo de haber sido emo wannabe de pueblo en los 2000 también influye, claro (: