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Lo que más me ha gustado es el mundo construido por la autora y el sistema de espionaje/ manipulación que, desde las primeras páginas, tanto me recordaba a Terramar de LeGuin (y que se me ha confirmado al leer los agradecimientos!). El, la, le personaje principal es un acierto y está construido de forma excelente. Sobre todo, esa capacidad de fluir, cambiar, mutar y adaptarse.

La historia está bien hilada, te atrapa en esa Guerra Fría. El lenguaje que utiliza la autora capta muy bien la esencia del mundo que narra, de las realidades que crea. Como una buena novela de espías, la tensión va incrementando hasta el punto álgido. Te va dejando pistas para que intuyas o sepas hacia dónde va toda la aventura, pero aún así te sigue sorprendiendo.

Lo único que me ha desentonado ha sido el final. Me gusta, cierto. Pero creo que hubiera necesitado algunas páginas más ya que lo he percibido algo precipitado. No es que no esté bien construido, al contrario... simplemente, lo ata todo muy rápido y la tensión que ha ido creciendo magistralmente en las páginas anteriores, se resuelve como un suflé con un cambio de temperatura inesperado. Esto es mi percepción, claro.

Si te va la ciencia ficción y las novelas de espías, es para ti.

Una buena segunda parte, con mucha chicha. Resuelve varias de las preguntas planteadas en la primera pero te prepara bien para la siguiente entrega.

Las estructura es interesante: te planta en un escenario que no acabas de entender, va yendo hacia delante y atrás, va creando conexiones. Todo hasta llegar al desenlace de la historia con mucha acción (en paralelo, lo que genera mucha tensión al lector).

Mi única pega es que, como en el primero, le cuesta avanzar durante los primeros dos tercios. Te pone mucho en situación, pero creo que alarga demasiado el recurso que utiliza (y que no menciono para no hacer spoilers, pero que a mi me ha recordado mucho a cierta cazavampiros... no diré trama específica). Lo estira en demasía y a mi me ha acabado cansando.

Hay personajes nuevos que brillan, el sentido del humor es una característica bastante habitual. Hay muchos chistes mamarrachos, memes por todas partes y un cuidado por el detalle excelente. Otros me han decepcionado algo, quizá porque estaba acostumbrada a otros aspectos de ello. El worldbuilding se extiende, pero gracias a que en el primero es casi el protagonista, en este libro se lleva mucho mejor.

Os lo recomiendo. Y qué difícil es hablar de este libro sin hacer spoilers.

La primera parte de la historia tiene visos de etnografía, que te permite conocer un mundo distante y diferente a través de dos de sus culturas. El protagonista hace una crónica de sus primeros años en Gueden donde explica costumbres, formas de relacionarse y divaga sobre el posible impacto de que exista un único género en el desarrollo social -comparando dos países similares y, a la vez, muy diferentes. Incluye interesantes reflexiones filosóficas sobre la entropía, el nacionalismo, la bondad y la amistad entre humanos.

La historia personal del protagonista se desarrolla a medida que conoce ambas culturas y se ve atrapado en las intrigas políticas. Así llegamos a una segunda parte donde el viaje físico refleja el emocional y vital. Esta parte es densa, lenta, dolorosa. Le Guin describe a la perfección la angustia y la esperanza de los personajes.

Una buena historia de ciencia ficción, muy muy recomendada.

(la nueva edición, no en Goodreads, tiene más páginas. Solo aviso)

Te deja el corazón calentito! A partir de la premisa habitual de "niñe rare" que encuentra a una persona mayor solitaria que sea su mentora, se crea una historia bien ligada de búsqueda de la identidad, respeto y crecimiento.

Me gusta especialmente la naturalidad con la que se tratan algunos temas que, en la vida en general, ya son un poco traumáticos. Así, se crea un mundo que no es fácil, pero tampoco se regodea en lo feo sino que te muestra una forma diferente y bonita (o menos fea) de vivir la salida del armario, la transición de personas trans, las parejas interraciales, etc. Optimismo, aceptación, familias que quieren a sus retoñes y aventuras.

El estilo del dibujo me ha encantado: cada personaje refleja a la perfección sus rasgos de personalidad más característicos sin caer en la caricatura. Variados, diferentes y preciosos.

Me he quedado con ganas de saber más de Snapdragon y su panda.

Una novela de cifi y magia, con muchas nigromantes, caballeras y un mundo creado por Tamsyn Muir expectacular. Te quedan ganas de saber más: quiero que llegue la segunda parte de la triología!

Mientras leía sentía que era una versión algo mamarracha (porque Gideon es la reina de las mamarrachas!) de “Y solo quedó uno”, con toques de Scaperoom. Las pruebas, las llaves, los misterios a resolver y no poderte fiar de nadie. En algunos momentos se me hacía lento, pero acelera en las últimas páginas y las piezas del puzzle tienen todo el sentido. De hecho, si prestas atención, las puedes identificar bastante bien.

Aunque Gideon da el nombre a la novela, es una obra coral y llegas a conocer bastante bien a todos los personajes. Gideon funciona muy bien para explicar al lector ciertos aspectos de la trama y del mundo nuevo que vamos descubriendo.

Me gustan los diálogos divertidos y acertados, y la habilidad por hilar la historia imbricada en esos mundos desconocidos tan bien construidos. Sí que es verdad que aunque empieza a tope con un párrafo inicial bastante potente y termina en una vorágine de acción brutal, el grueso del libro es bastante plano. Personalmente no me ha molestado, ya que me ha dado tiempo a conocer bien las Nueve Casas. Seguro que la segunda parte es mucho más ágil ahora que conocemos ese universo.