Adri Humo terminó de leer Te di ojos y miraste las tinieblas de Irene Solà
Esta novela me ha flipado. Adoro las historias fragmentarias bien ensambladas. Irene Solà tiene una capacidad para crear atmósferas, para envolverte en una mezcla mágica de folclore y sensualismo, que es admirable y muy inspiradora. Los personajes están muy bien definidos pero se desdibujan y entremezclan con el entramado de los diferentes tiempos que se narran, lo cual me parece un puntazo a favor. Ayuda mucho a entrar en la atmósfera difusa y tenebrosa que plantea. Otra cosa que me encanta es la manera de hacer las transiciones al cambiar de tiempo la narración. Da una sensación de que todo ocurre en paralelo, tan integrado... Todas las capas se juntan, tanto las temporales como las de lo extraordinario, lo mágico y lo normal. La sensualidad con la que la autora traza las descripciones hace posible que lo extraordinario se vuelva ordinario, que se ponga a nuestro alcance. Este libro se …
Esta novela me ha flipado. Adoro las historias fragmentarias bien ensambladas. Irene Solà tiene una capacidad para crear atmósferas, para envolverte en una mezcla mágica de folclore y sensualismo, que es admirable y muy inspiradora. Los personajes están muy bien definidos pero se desdibujan y entremezclan con el entramado de los diferentes tiempos que se narran, lo cual me parece un puntazo a favor. Ayuda mucho a entrar en la atmósfera difusa y tenebrosa que plantea. Otra cosa que me encanta es la manera de hacer las transiciones al cambiar de tiempo la narración. Da una sensación de que todo ocurre en paralelo, tan integrado... Todas las capas se juntan, tanto las temporales como las de lo extraordinario, lo mágico y lo normal. La sensualidad con la que la autora traza las descripciones hace posible que lo extraordinario se vuelva ordinario, que se ponga a nuestro alcance. Este libro se siente como si el agua del pozo de un pueblo recóndito te contase con sus reflejos las historias mágicas del lugar. Una experiencia sagrada y, en bastantes ocasiones, desternillante y escatológica. Solà escribe de manera, literalmente, mágica.