En mi opinión, el verdadero peligro no es que máquinas más inteligentes que nosotros usurpen nuestro papel como comandantes de nuestros destinos, sino que sobrestimemos la comprensión de nuestros más recientes recursos de pensamiento, cediéndoles prematuramente una autoridad por encima de sus competencias reales. […] deberíamos revelar y ridiculizar cualquier tipo de antropomorfismo gratuito en los sistemas […] Al interactuar con un ordenador, deberíamos saber que estamos interactuando con un ordenador. Los sistemas que ocultan deliberadamente sus atajos y sus carencias deberían considerarse fraudulentos […] por el crimen de crear y usar una inteligencia artificial que se hace pasar por un ser humano.“
— De las bacterias a Bach : la evolución de la mente (Página 357 - 358)
Para mí, es como la restauración de obras antiguas: es una herramienta que nos ayuda a conocer cómo era originalmente la obra, pero debe hacerse de manera que siempre sea totalmente distinguible la parte original y la restaurada para evitar los falsos históricos. Con las IA, igual: es importante que la decisión última permanezca en el humano, para lo cual es imprescindible que las IAs no le suplanten.