Mmmm… Pues no sé muy bien, la verdad. Irregular. Estupendo a ratos, a ratos cansino. Muy lejos de Los asquerosos -su anterior novela-, la verdad. Me gusta bastante en la parte del rodaje: cómo nos va adentrando en ese submundo que es la fabricación de películas. Pero después me resulta machacona su reiteración en el carácter de lo que él denomina “tostonazo”. Muy maniqueo, sin matices, sin atisbo de nada minimamente positivo. En Los asquerosos pasaba un poco igual a la hora de dibujar esa tipología humana del “asqueroso”. Sin embargo, el estilo, la historia y las propias vivencias del protagonista conseguían que la obra no resultara pesadamente abundante (de abundar, insistir sin fatiga) en lo mismo, algo que sí ocurre por desgracia en esta obra. No es terrible. Se lee bien y es más que digna, pero está lejísimos del estilo deslumbrante de su novela anterior.