Me he divertido pensando en qué sistema político retrata el imperio de la serie Andor (universo StarWars).
Como siempre, el imperio tiene una estética muy nazi: vestuario, rasgos étnicos de los antagonistas, etc.
Y la Resistencia recuerda, como siempre, a la Resistencia de la 2º Guerra Mundial.
Sin embargo, el orden que mejor representa es el imperialista.
Obvio, llamándose imperio. Sip.
Hay guiños muy obvios al imperialismo británico, como a la guerra de la independencia americana en la escena del enfrentamiento popular en el planeta Ferrix, o en la elección del muy británico jefe del BSI (que ya hacía de jefe de policía en la súper British Endeavour), o en la colonia penal.
Otros elementos, como el senado, podrían reflejar más el imperialismo chino actual (sí, China es un imperio, pero dentro de sus propias fronteras), con una cámara de representantes regionales con más poder de voz que de voto, …
Me he divertido pensando en qué sistema político retrata el imperio de la serie Andor (universo StarWars).
Como siempre, el imperio tiene una estética muy nazi: vestuario, rasgos étnicos de los antagonistas, etc.
Y la Resistencia recuerda, como siempre, a la Resistencia de la 2º Guerra Mundial.
Sin embargo, el orden que mejor representa es el imperialista.
Obvio, llamándose imperio. Sip.
Hay guiños muy obvios al imperialismo británico, como a la guerra de la independencia americana en la escena del enfrentamiento popular en el planeta Ferrix, o en la elección del muy británico jefe del BSI (que ya hacía de jefe de policía en la súper British Endeavour), o en la colonia penal.
Otros elementos, como el senado, podrían reflejar más el imperialismo chino actual (sí, China es un imperio, pero dentro de sus propias fronteras), con una cámara de representantes regionales con más poder de voz que de voto, siempre a la sombra del despótico emperador Palpatine.
En cuanto a la sociedad de control, apenas se despegan del marco tecnológico de la guerra fría tardía: cámaras de vigilancia, pinchar telecomunicaciones, pero sobre todo mucho contraespionaje old school.
Como se ve, todo un pastiche de imaginarios con que la industria del entretenimiento ha ido retratando a los regímenes autoritarios para la diversión del espectador, en las últimas décadas.