Rafa Poverello reseñó Tienes que mirar de Anna Starobinets
Bajar al infierno
Quizá nos precipitamos en ocasiones cuando soltamos aquello de que acabamos de descender a los infiernos. No hay nada como una buena hostia para darte cuanta de que lo mismo nuestros propios infiernos son la mayor parte de las veces parrillas o cerillas. No hay nada como el libro de Starobinets para que tengas que mirar otros ombligos.
Y luego, de regalo junto con el terror, ese otro sentimiento patrio de pensar que en otras partes están peor que aquí, que menos mal que no hemos parido en Rusia porque, claro, en España, cuando te atienden en un centro de salud (en caso de que lo haga le médique y no une enfermere) te tratan con alfombra roja, mejor que en el Berlín de la novela. Números, en todos lados casi, como las muertes en residencias de Madrid por no derivar a quienes es mejor descartar. Total, a quién le …
Quizá nos precipitamos en ocasiones cuando soltamos aquello de que acabamos de descender a los infiernos. No hay nada como una buena hostia para darte cuanta de que lo mismo nuestros propios infiernos son la mayor parte de las veces parrillas o cerillas. No hay nada como el libro de Starobinets para que tengas que mirar otros ombligos.
Y luego, de regalo junto con el terror, ese otro sentimiento patrio de pensar que en otras partes están peor que aquí, que menos mal que no hemos parido en Rusia porque, claro, en España, cuando te atienden en un centro de salud (en caso de que lo haga le médique y no une enfermere) te tratan con alfombra roja, mejor que en el Berlín de la novela. Números, en todos lados casi, como las muertes en residencias de Madrid por no derivar a quienes es mejor descartar. Total, a quién le importa un 'viejo', a quién le importa un 'feto'.