—¡Oh, Sócrates, vas a morir siendo inocente! —Vamos, vamos —susurró él mientras le acariciaba el pelo—, ¿preferirías que muriera siendo culpable?
¡Genial!
—¡Oh, Sócrates, vas a morir siendo inocente! —Vamos, vamos —susurró él mientras le acariciaba el pelo—, ¿preferirías que muriera siendo culpable?
¡Genial!