La primera historia, la de la gota de sangre, me ha gustado, aunque no es maravillosa. Evidentemente, al protagonista hay que verlo desde la perspectiva de su época, que presume de clase social privilegiada y defiende que el pertenecer a ella lleva implícitas una serie de obligaciones, como defender a las mujeres, vivir con honor, ser fiel a las promesas dadas, etc, y que le permite hablar con chulería a los funcionarios públicos e incluso al juez. Por otro lado, la investigación del caso no es al estilo de Sherlock Holmes, si no más bien al estilo de un periodista de sociedad de la época. Eso sí, la autora escribe maravillosamente y la lectura se hace muy amena, lo que permite ir avanzando en la historia sin apenas baches ni momentos aburridos. Vamos a por el resto de historias, a ver que tal están. Os cuento.