Tal vez si lo hubiese leído en otro momento no lo habría entendido y lo habría juzgado distinto. Para leerlo hay que estar abiertos a la idea de que se trata de una rebeldía de Cortázar a aquello que se conoce como Literatura. Al verlo así y estar dispuestos a experimentar con el autor, nos encontramos ante un maravilloso deleite del uso del lenguaje, un viaje por la filosofía, el arte, la literatura, el jazz y el mate.

Desde las calles de París y Argentina, nos llega una historia que nos obliga a conocer más de lo que pensábamos al tomar una novela. No puedo negar que en ocasiones me resultó difícil sortear algunos experimentos o las constantes referencias literarias o filosóficas, así como también las innumerables citas en francés, pero jamás me aburrió,org el contrario me invitaba a leerlo despacio acompañado de jazz y un buen café,