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reseñó The Professor's House de Willa Cather

Willa Cather: The Professor's House (Hardcover, 1925, Bibliotech Press) 3 estrellas

El profesor se hace viejo

3 estrellas

Aunque poco conocida fuera de Estados Unidos, Willa Cather es una de las grandes escritoras del Oeste americano. Alguna de de sus obras más famosas son Oh, Pioneers y My Antonia.

En The professor’s house, Willa Cather nos presenta a St Peters, profesor de Universidad y apasionado de los exploradores españoles, que se acerca al final de su vida con nostalgia por el pasado y desconexión con el presente, incluida su propia familia, y con la presencia constante del recuerdo de un alumno brillante fallecido en la Gran Guerra.

Este es el primer libro que leo de esta autora y aunque la encuentro una novela con muchos fallos y algo extraña sí le veo algunos aciertos. Para comenzar, el estilo de Cather y su capacidad para describir los paisajes de Nebraska y en especial la luz. La capacidad de crear personajes complejos como St. Peters que consigue transmitir ese cansancio de un hombre que se hace viejo y ya no encuentra su lugar en el mundo. Finalmente el planteamiento de temas como el antisemitismo, la autoría (en este caso en relación a los descubrimientos científicos y los inventos) la corrupción del dinero, el espolio y destrucción de los restos arqueológicos y la dificultad de los estadounidenses de tener unas raíces y un pasado antiguo. Aunque no desarrolla ninguno en profundidad.

Por otro lado, la estructura es extraña y confusa. Tenemos una primera parte que trata sobre el profesor y su familia y los pequeños conflictos domésticos a causa del dinero. Una segunda que un período de la vida de Tom, el alumno fallecido y que podría haberse desarrollado como una novela independiente. Y finalmente la última parte donde volvemos al profesor y sus reflexiones. El conjunto no casa y parece que estemos ante tres novelas diferentes pero ninguna nos lleva a ningún lado. Esto también puede considerarse un acierto, supongo que depende de los gustos del lector y puede que esta estructura imperfecta sea un aspecto que le dé encanto a la novela.

Para acabar, los personajes femeninos se mantienen siempre en un segundo plano. Están menos desarrollados y retratados de una manera más negativa que los masculinos. Mientras a ellos se les disculpa y o justifica y se nos terminan mostrando como simpáticos de alguna manera, ellas no tienen redención. Son frías, envidiosas, prepotentes y peores que sus maridos. “I can’t help it, father. I am envious” “She was less intelligent and more sensible than he had thought” “She has become Louie. Indeed, she was worse than Loui”